22 de septiembre de 2016

Revocatorio ya no hay

Si a usted le queda alguna duda en relación al estado de la democracia venezolana, a partir de este 21 de septiembre de 2016 no hay excusa para tenerla. Hablar de la existencia de la democracia, de los derechos humanos, civiles o políticos en Venezuela es, por decir lo menos, de tontos.
Porque de eso no queda nada.
Nada.

Y si todavía no lo entiende, se lo repito, porque ¿qué parte del NADA no le quedó claro?

El Consejo Nacional Electoral, ente rector de los procesos comiciales, y que tiene como deber facilitar en todo lo posible el ejercicio de los derechos políticos y de participación de los venezolanos, ha demostrado -otra vez- que en realidad su función actual es proteger, hasta mucho más allá del límite de sus capacidades establecidas en la Constitución de la República, al desgobierno de Nicolás Maduro. Estamos hablando de un arbitro descaradamente tendencioso, tramposo, sin ningún tipo de pudor o prurito al demostrar su favoritismo político.

Ha sido tal su descarada tendencia partidista, que han sido capaces de señalar que la expresión de la voluntad política de los ciudadanos tiene menos valor que el "derecho de gobernar" que tiene Nicolás Maduro. Según las rectoras del CNE -candidatas fijas al Premio Nobel de la Paz por una conducta que promueve la paz y la tranquilidad de los venezolanos-, hay que proteger al presidente de las intenciones golpistas de los ciudadanos que, comprados convenientemente por la CIA y el Imperio, quieren revocarlo. Todo un plan macabro urdido por la derecha para terminar con la maravillosa propuesta de país de la revolución bolivariana.

El mundo al revés, pues.

La oposición tiene varios meses "presionando" para que el Referendo Revocatorio contra el mandato de Maduro se realice en 2016, porque de realizarse en 2017 quedaría en el poder el vicepresidente de la república (sea quien sea el que esté en ese momento). En 2017 no habría convocatoria de nuevas elecciones. Mientras tanto, las inestimables rectoras han alargado los procedimientos de forma vergonzosa para que el RR se realice en el primer trimestre del próximo año, llevando a Venezuela de forma irresponsable a un escenario de incertidumbre y presión social peligroso. Una provocación para la oposición, cuyos líderes quisieron convencernos (con razón) de que la ruta que se debe recorrer para terminar con esta pesadilla de gobierno es democrática, electoral y constitucional.

Pero las cosas son como son: en Venezuela funciona la ley del más fuerte. Y la MUD no lo es.

El CNE ha decidido que el referendo revocatorio sea en 2017, el escenario más evidente (aunque inconstitucional). Estaba cantado. La decepción y la rabia van en aumento. La MUD pidió confianza, que harían lo imposible por lograr el RR en 2016. Que serían capaces de torcer la voluntad gubernamental. Que la presión ciudadana obligaría al CNE a hacer lo correcto. Y ante el escenario más probable -RR en 2017-, el liderazgo opositor ha dado respuestas bastante tibias, poco certeras o contundentes. Señores: Este era su plan A, y hemos descubierto que, al menos en apariencia, no hay plan. Ni plan A, ni mucho menos plan B o C. Otro strike.

Ahora bien, en este punto: ¿Cuánta presión hace falta para que el escenario le devuelva la fe a los ciudadanos en el futuro? Mucha. Hasta ahora, incluso la Gran Toma de Caracas resultó decepcionante para algunos y solo sirvió para lucir como una mayoría electoral y pacífica. Y ante estos acontecimientos, la pregunta de qué hacer lo que genera son aún más incógnitas:

¿De qué tipo de presión estamos hablando? ¿Cómo se expresa esa presión en términos prácticos? ¿Huelga general, paro indefinido, desobediencia civil, movilizaciones, protestas? ¿Ninguna de las anteriores, unas nuevas formas de presión? ¿Durante cuánto tiempo se debe presionar, hasta cuándo, hasta que ocurra qué? ¿Quién podría liderar estos llamados? ¿Esa presión tiene límites? ¿Cuáles son las líneas rojas de la presión ciudadana? ¿Dónde termina la protesta y comienza la barbarie? ¿Es acaso la MUD capaz de canalizar esa presión, regularla, modelarla? ¿O será una expresión espontánea de fuerza?

Pienso que el gobierno ha dado un paso muy grave, quizás el más grave de todo este proceso, porque es un punto de no retorno. Le ha quitado a la oposición la esperanza de salir del atolladero por la vía pacífica. Incluso de manera algo torpe, todo hay que decirlo. La estrategia de retrasarlo todo les quitó la opción de hacer "trampa" más adelante: en la recolección del 20% de las firmas, en el propio proceso revocatorio o incluso en el desconocimiento del resultado a través de sentencias del TSJ.

Es la trampa máxima, pues. Esta resolución del CNE aumenta exponencialmente una arrechera -que no hay otra manera de llamarlo- que podrían haber contenido un rato más, dando la sensación de que estás haciéndolo todo para que haya RR y finalmente, en el último momento, hacer estallar la burbuja. E incluso logrando trasladar la responsabilidad de la derrota a la propia MUD.

Pero ya el gobierno superó la etapa de disimular. No hay máscara posible. O quizás son tan torpes que ya no saben cómo hacerlo. No hay baño de legitimidad democrática que les permita quitarse de encima esta etiqueta autoritaria. Venezuela vive el período más oscuro de su historia en décadas y el gobierno responsable de ello pretende seguir atado al poder todo el tiempo que sea necesario, usando el miedo y la ilegalidad como sus armas para mantenerse.

Soy pesimista. Lo soy desde hace tiempo, razón por la cual decidí vivir fuera. Lamentablemente, creo que el escenario más probable es que la violencia se instalará en el panorama político y social, acabando con la paz (si es que quedaba alguna). El cambio no será ni pacífico ni democrático y la transición será muy, muy ruda. Y ni la MUD ni los líderes opositores (vengan de donde vengan) podrán controlar la arrechera contenida durante todo este tiempo contra el gobierno. Una rabia que se acumula cada vez que la delincuencia te mata a un hermano, o te secuestran y te roban todo lo que tienes, o haces cola para comprar comida que no hay y que está impagable, o se te muere un hijo por falta de medicinas.

Porque el escenario ya no es electoral, ni constitucional, ni democrático. Porque el país ya no es nada de eso. El CNE y el gobierno se encargaron de desmontar ese escenario.

Más pronto que tarde, la rabia le ganará al miedo... y lo lamentaremos todos.