Se posaron suavemente sobre el tallo de la planta. Y el tomate se alegró de ver que tenía compañía.
Y fue tal la alegría del tomate y la amabilidad con la que recibió a sus nuevos amigos, que los insectos olvidaron cuál era su destino. Olvidaron que estaban viajando y que apenas se habían detenido a descansar. Incluso, olvidaron cómo fue que, un buen día, el tomate se convirtió en su hogar.
Un tomate es un buen hogar, el problema es cuando este hogar se vuelva rojo, la familia de esos dos crezca y tengan que buscar otras frutas… Conozco hogares que hacen en tomateras y hogares que se lanzan tomates….
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Aquí en Colombia la marcha del orgullo gay tuvo un sentido de protesta por el asesinato de los secuestrados y por los derechos patrimoniales…, siento que cuestionas el ambiente festivo de dicha celebración, siento a ajos profanos se pierde el trasfondo de cambio que debe haber…
Un abrazo.
Qué belleza Jogreg, el escrito y la fotografía, no se cual es más bonito...un abrazo!
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