Yo creo que uno es en la vida lo que tiene que ser en la vida. No es que estemos predestinados, no que uno esté marcado. Hay cosas que van pasando y que van indicando el camino, como si hubiese una comunicación permanente entre el “yo” y “mis circunstancias” que coloca los hitos en la ruta.
Mis intentos fallidos –aunque en realidad no me gusta decirles así: un optimista diría que son experiencias vividas- fueron muchos y de lo más variados. Alguna vez intenté ser deportista. Recuerdo que no había nada que me emocionara más que los eventos deportivos gigantescos en donde montones de atletas luchan por la medalla de oro, subir al podio y escuchar el himno nacional. Practiqué de todo: natación, futbol, volibol, baloncesto, karate, tenis; pero mis posibilidades de llegar a ser un deportista de alta competencia quedaban anuladas completamente frente a la actuación del resto de mis compañeros que se encargaban de recordarme quien era el más gordo del equipo, el más bajito, el más débil o el menos talentoso. Por más que me esforzara, nunca llegué a ser lo suficientemente bueno en ninguna de las disciplinas como para dedicarme a la práctica deportiva.
También quise ser cantante. En el colegio cantaba en todos los actos culturales, formé parte del coro y de la estudiantina, y llegué a ser el solista de ambos grupos. Sin embargo, mi carrera se vio truncada por el crecimiento: mi voz nunca fue la misma luego de la adolescencia, esa época en la que los gallos están a la orden del día. Además, dos padres conservadores y reacios a la vida “libertina” de los artistas prefirieron boicotear con la indiferencia tales manifestaciones, promoviendo en su lugar las carreras universitarias socialmente correctas. Así, vi morir mis intenciones de ser artista, aunque las ganas de expresarme no me abandonaron.
Pasó el tiempo, y efectivamente terminé estudiando en la universidad, tal y como los deseos de mis padres expresaban desde mi más tierna infancia, aunque escogí una carrera un poco alejada de sus gustos: periodismo. Fue durante las clases de Redacción cuando todo ocurrió. Teníamos un examen y la profesora nos pidió escribir un texto llamado “La Fiesta”. Se me ocurrió contar la historia de un hombre que va desesperado en un taxi, apurado y dispuesto a lo que sea por llegar a su destino. Llega a un edificio y sube rápidamente por las escaleras hasta una sala repleta de gente. De pronto, una puerta al otro lado de la sala se abre y una enfermera pregunta por el señor González. Es él. La enfermera lo felicita. “Es un varón”.
Así terminaba mi relato. Luego de las correcciones, y antes de entregarme la prueba, la profesora me dijo que le texto le había gustado mucho, pero que quería saber cuál era la fiesta. Le respondí que la fiesta ocurría después del final de la historia. Obtuve la máxima puntuación.
Ese día me di cuenta. Ese día había sido particularmente feliz, pero la razón de mi felicidad no fue la calificación, ni los buenos comentarios de mi profesora. Me tropecé con uno de esos hitos que te marcan la vida: podía escribir. Y eso, nada ni nadie, me lo puede quitar. No sé si sea el mejor o si alguna vez llegue a serlo, pero eso es lo bueno de crecer: que uno aprende a que eso ya no importe.
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La imagen es una obra del madrileño Luis Granda llamada "El hombre del descubrimiento"
2 comentarios:
esa idea me parece bien interesante. Pero por lo menos yo tengo como dos meses escribiendo sobre ello debido a mi preocupacion, por esa situacion, pero creo que el llamado de gandica es mas bien para que muchos blog que por lo menos se dediquen a la poesia se pongan las pilas, creo que es ams bien un movimiento expontaneo, que se debe de dar en cada persona.
veo que a ti te gustan las orquideas, yo tambien soy orquidiota y he escrito algunos post sobre orquideas, sobre el calentamiento global, sobre la prostitucion el pene y la vagina (dos de cada uno) o sobre cualquier cosa que me pareciera interesante, y sin embargo cuando me di cuenta de lo grave que es la situacion, casi arrincone el resto de los temas, y ahora estoy escribiendo sobre la reforma casi todos los dias, desde multiples aspectos, hay un grupo que se unio en post de evitar esa reforma del caul formo parte, jeanfredy el irresponsable quiere formar otro, pero me parece mas bien que es una preocupacion conpartida.
Alñgo que nos afectara definitivamente y si las personas no estan motivadas, solo lo haran ese dia, y el resto seguiran como si nada. cuando esta pasando de todo. es aceptar la responsabilidad de ser ciudadanos y ejercerla.
una de las blogueras me dijo que ella solo ponia poele dije muy bien, para no salirte de tu tema has poesia contra la reforma. Quie otra que solo habla de sus vivencias, esta bien que hable como sera su via luego de la reforma. Pero que acepten su responsabilidad. eso tiene que salir de nosotros para que sea consistente.
sin embargo, si la idea cala, la apoyare, sin ningun rollo.
Pero ideas como la tuya son las que nos hacen faltan, esto es grave, y con honestidad no deseo convertir mi blog en un relato de guerras y muerte
No comprendí la relación entre este comentario y el texto en cuestión, además, la ortografía no ayuda a leer con gusto.
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