27 de agosto de 2008

Pronto el gobierno controlará también la conexión a internet

Definitivamente la gran preocupación de este gobierno es y será no saber qué hacen los ciudadanos "a sus espaldas", es decir, en sus espacios privados. Bases de datos enormes se han creado con la intención de tener más claro que el agua a quién apoyas y a quién no o en cuántas misiones estás registrado. De alguna manera, este gobierno está claro: en alguna parte hay alguien que quiere acabar con él y su respuesta a esta angustia no puede ser otra que intentar controlar todos los aspectos posibles de la vida de la gente, aunque eso implique la violación de ciertas libertades -algo que, considerando su caracter, tiene sin cuidado al líder del proceso-.

Hoy nos encontramos con la noticia de que existe un proyecto de Ley a ser aprobado por la Asamblea Nacional que obliga al Estado a crear un punto único de conexión a internet a partir del cual los distribuidores podrán prestar el servicio, dándole al gobierno la potestad de decidir qué se puede ver y qué no, todo bajo la excusa ya expuesta muchas veces: "seguridad y defensa de la nación". Una Ley que no fue incorporada en el paraguas de la Habilitante, pero que de seguro la Asamblea Nacional no tendrá ningún problema en dar el visto bueno.

No puede ser otra la razón, porque es muy sencillo: este gobierno ve amenazas en todas partes. Cualquiera que esté minimamente fuera de los criterios establecidos desde el Ejecutivo Nacional es un "enemigo" y eso lo ha hecho saber el presidente muchas veces. Entonces, si internet ofrece la posibilidad de que la gente se ponga de acuerdo para oponerse, pues hay que limitar internet. Si internet nos da "ideas", pues cortemos la conexión.

La mejor parte de todo este asunto es que no es descabellado pensar que los temores del gobierno tienen base sólida: ciertamente, uno suele creer que hay unos cuantos opositores que están dispuestos a dar la lucha en el terreno de la democracia a pesar de una institucionalidad que le juega en contra, pero otros seguramente se dejaron de cuentos y dijeron "si este país no es democrático, las reglas de juego tampoco lo son", y andan complotando para darle a esto una salida distinta, obviamente más violenta de lo que muchos esperamos.

Entonces, no es solo el niño que es llorón, sino la mamá que lo pellizca.

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