- ¿Me quieres explicar qué carajo estas haciendo? ¿Qué significa esta vaina?
- Amor...
- ¡Amor una mierda! ¡No me vengas con amores a estas alturas, depravado!
- Pero espera...
- No puedo creer esto.
- No es lo que tu crees...
- ¿Ah, no? ¿Y qué es lo que se supone que es, entonces?
- Bueno, es que...
- No, amorcito, ni se te ocurra inventar nada, porque no lo aguantaría. ¡Esto no tiene ningún tipo de explicación, así que ni pienses en decir nada!
- ¿Pero me vas a escuchar?
- ¡No, si yo más bien lo que quiero es irme y no escucharte más nunca! ¡Salir corriendo y tratar de borrarme de la memoria la imagen que acabo de ver! ¡Te voy a cobrar hasta el psicoanalista que me ayude a superar esta vaina que me echaste!
- ¡Cálmate, por favor!
- ¿Que me calme? ¿Te volviste loco? A ver, contéstame esto: ¿Desde cuándo, si se puede saber, te masturbas frente a la computadora viendo otros hombres desnudos en la pantalla? No, no, mejor no me digas. No hace falta joderme más la vida imaginandote quien sabe cuanto tiempo en esta maravilla oculta de tu sexualidad. ¡Marico! Resulta ahora que mi marido me salió marico. ¡Qué arrecho!
- Marico no...
- ¿Ah, no eres marico? ¿Entonces como es que le llaman a esto ahora? ¿Alternativo? Ah, no... verdad que los maricos son pelabolas, y como tu eres profesional, y trabajas, y tienes carro, no eres marico sino gay, ¿no?
- ¿Me vas a dejar hablar?
- No, no te voy a dejar hablar. No vas a hablar con más nadie. No le vas a explicar esto a nadie. Esto simplemente se acabó, ¿me expliqué? Por adulterio. Por diferencias irreconciliables. ¡Por lo que sea, menos por el hecho de que seas marico! ¡De esto no se entera nadie! ¿De acuerdo?
Ella y él habían tomado una ducha, se perfumaron y se sirvieron un par de copas que les permitieran desinhibirse un poco. Habían descubierto que con algo de alcohol, las sensaciones se multiplicaban, los hacía volar a lugares recónditos. Ahora, no hay límites.
En ese momento, sonó el timbre de la puerta.
- Abro yo, corazón.
En la puerta, un hombre muy atractivo vestido de manera casual, con una botella de vino blanco en la mano, esperaba.
- Justo a tiempo.
- Espero que les guste el vino.
Él entró y le dio a ella un beso en la mejilla. Ella cerró la puerta y vio como el adonis de trasero bien marcado se acercaba a su marido con mirada lujuriosa. Sintió calor; no sabía si era por el trago o por la escena que pronto daría comienzo.
__________________
Como al sistema no le da la gana de dejarme montar una foto, les voy a dejar el link de un cuadro de Yoshiro Tachibana, japonés (obvio), llamado "Viaje al corazón"
10 de diciembre de 2006
5 de diciembre de 2006
Reconciliación
Hoy es 5 de diciembre. El día amaneció claro, fresco, pon pocas nubes en el firmamento. Todavía no he salido de mi casa desde la última vez, 03 de diciembre a la 1:00 pm, cuando me dispuse a votar en el que fue mi colegio durante 10 años.
Sin embargo, me da la impresión de que algo ha cambiado en el ambiente, aunque es evidente que no puedo saberlo si aun no he puesto un pie fuera de mi casa. Quizás soy yo el que cambió. Quizás todos cambiamos, aunque sea un poco.
No hay quien hable de fraude sin que sea silenciado por quienes piden "no más".
Pero hay muchos que, luego de la derrota, entienden que la realidad de este país es una muy distinta a la que les venden todos los días en los comerciales de televisión. Es muy distinta a la que vemos desde las autopistas, las calles de las urbanizaciones, los grandes supermercados, los malls mayameros.
En algún momento, quien sabe cuando, un grupo de venezolanos decidió que la flora y fauna de sus cerros no eran verdes; su ecosistema era conformado por ladrillos, cemento y láminas de zinc.
En algún momento, quien sabe cuando, un grupo de venezolanos decidió que "la ciudad" es solo la zona en la que la gente vive en edificios y quintas bien identificados, con nombres de calles y números en las puertas.
En algún momento, los venezolanos olvidamos que hay gente que no vive en "la ciudad".
En algún momento, comenzamos a pensar que la ciudadanía venezolana se obtenía en las universidades.
En algún momento, empezamos a creer que votan solo los que votan en "mi" colegio.
En algún momento, ocurrió un sismo que creo una barrera entre "ellos" y "nosotros".
Y ahora, no sabemos cómo, alguien habló del otro lado de ese muro. Cantos de sirena que movilizaron a quienes habían quedado allá, en aquel extremo, en la "otra" ciudad. Cantos que en algún momento, hace rato, dejamos de entender, que están escritos en una lengua distinta a la nuestra.
Ahora somos concientes de esa diferencia. Una diferencia que se materializa a veces solo en incomprensión, pero otras veces lo hace en resentimiento, rechazo y odio.
Y decimos que fueron hechizados por un encantador de serpientes, manipulados, engañados. Y decimos que el encanto surte efecto en aquel que no tiene capacidad para comprender lo que nosotros sí comprendemos. Que su verdad no es verdad.
Y nos dimos cuenta que los encantados son muchos. Muchísimos. Y quizás nuestro ratón moral nos recuerda que fuimos nosotros, hace mucho, los que abrimos ese abismo que hoy no permite que nos entendamos. Que la razón de nuestra depresión es que, en buena medida, somos responsables de que "ellos" hayan sido atraídos por los cantos de sirenas. Que el motivo de nuestro pesar es que ahora no sabemos cómo hacer para hablar el mismo idioma y convencerlos -no de que esa no es la vía-, sino que la vía debemos construirla juntos, en consenso.
Escuchemos: ese es el primer paso para reconciliarnos.
Besos y abrazos a quien corresponda.
Sin embargo, me da la impresión de que algo ha cambiado en el ambiente, aunque es evidente que no puedo saberlo si aun no he puesto un pie fuera de mi casa. Quizás soy yo el que cambió. Quizás todos cambiamos, aunque sea un poco.
No hay quien hable de fraude sin que sea silenciado por quienes piden "no más".
Pero hay muchos que, luego de la derrota, entienden que la realidad de este país es una muy distinta a la que les venden todos los días en los comerciales de televisión. Es muy distinta a la que vemos desde las autopistas, las calles de las urbanizaciones, los grandes supermercados, los malls mayameros.
En algún momento, quien sabe cuando, un grupo de venezolanos decidió que la flora y fauna de sus cerros no eran verdes; su ecosistema era conformado por ladrillos, cemento y láminas de zinc.
En algún momento, quien sabe cuando, un grupo de venezolanos decidió que "la ciudad" es solo la zona en la que la gente vive en edificios y quintas bien identificados, con nombres de calles y números en las puertas.
En algún momento, los venezolanos olvidamos que hay gente que no vive en "la ciudad".
En algún momento, comenzamos a pensar que la ciudadanía venezolana se obtenía en las universidades.
En algún momento, empezamos a creer que votan solo los que votan en "mi" colegio.
En algún momento, ocurrió un sismo que creo una barrera entre "ellos" y "nosotros".
Y ahora, no sabemos cómo, alguien habló del otro lado de ese muro. Cantos de sirena que movilizaron a quienes habían quedado allá, en aquel extremo, en la "otra" ciudad. Cantos que en algún momento, hace rato, dejamos de entender, que están escritos en una lengua distinta a la nuestra.
Ahora somos concientes de esa diferencia. Una diferencia que se materializa a veces solo en incomprensión, pero otras veces lo hace en resentimiento, rechazo y odio.
Y decimos que fueron hechizados por un encantador de serpientes, manipulados, engañados. Y decimos que el encanto surte efecto en aquel que no tiene capacidad para comprender lo que nosotros sí comprendemos. Que su verdad no es verdad.
Y nos dimos cuenta que los encantados son muchos. Muchísimos. Y quizás nuestro ratón moral nos recuerda que fuimos nosotros, hace mucho, los que abrimos ese abismo que hoy no permite que nos entendamos. Que la razón de nuestra depresión es que, en buena medida, somos responsables de que "ellos" hayan sido atraídos por los cantos de sirenas. Que el motivo de nuestro pesar es que ahora no sabemos cómo hacer para hablar el mismo idioma y convencerlos -no de que esa no es la vía-, sino que la vía debemos construirla juntos, en consenso.
Escuchemos: ese es el primer paso para reconciliarnos.
Besos y abrazos a quien corresponda.
2 de diciembre de 2006
Sin culpas...
Con ella ha tenido el sexo más ruidoso y ardiente que jamás se hubiera imaginado. Era como vivir permanentemente en una película pornográfica, donde la trama no importa y todo lleva a sus protagonistas a quitarse cualquier exceso de ropa y acabar en las posiciones más estrambóticas que el Kamasutra no ha podido graficar. Era placer a toda prueba, fantasías cumplidas y promesas de otras por venir. Litros de sudor y toneladas de gemidos (y a veces hasta gruñidos) que la convertían en un curvilíneo instrumento lujurioso de seducción y adicción. Las noches y los días no tenían límites, el movimiento era frenético, el descanso era un lujo que solo podían darse por ratos, porque cuando estaban juntos un terremoto sacudía el lugar y no había forma de detenerlos. Y las culpas no existían.
Pero con frecuencia su otra vida tocaba a su puerta. Con ella había pasado los mejores años de su vida. Seguía siendo una mujer hermosa aún luego de 15 años de matrimonio y tres hijos. Siempre fue una mujer dulce, trabajadora, sacrificada y responsable, sobre todo responsable de sostener, al menos afectivamente, a una familia de la cual ella se siente orgullosa. Amante de las rutinas, del calor de hogar, de la cena servida y las noches de cine entre amigos, de la lectura de un buen libro y de un buen vino rosado o blanco ("tinto se me sube a la cabeza, y después no aguanto la migraña", decía). Educada, complaciente, cuidadosa. El sexo con ella era así, bonito, tierno y delicado. De luces apagadas. Penetrarla era como allanar un recinto sagrado de terciopelo tibio. Sus suspiros parecían venir de lo más profundo del océano, como en un arrullo. Así se enamoró de ella y así ha vivido con ella todo este tiempo.
Para él, la escena era una pesadilla. Su mente parecía haberse congelado.
- ¿Qué vas a hacer ahora? -, preguntó ella visiblemente molesta.
- ¿Qué clase de pregunta es esa? No, si él no tiene nada que hacer. Soy yo la que tiene mucho por delante, más ahora que tengo que encargarme de todas las diligencias del divorcio. ¡Y ni pienses en poner un pie en mi casa!
- Pues te va a tocar buscar un hotel, papacito, porque a mi casa tampoco vas. Yo soy una mujer libre de ataduras y no ando buscando casarme ni arrejuntarme contigo ni con nadie.
Ella estaba seca por dentro. Sus movimientos eran mecánicos. Se notaba su saber hacer, pero le faltaba algo. El acabó dentro de ella, y ella se desmontó inmediatamente de su cabalgadura para vestirse. Recogió el dinero que había en la mesa de noche. Intercambió una pocas palabras con él -"gracias, me tengo que ir", según recuerda-, abrió la puerta que mostraba un "105" del lado externo y la cerró casi de portazo.
Él quedó echado en la cama, con el condón aun guindando de su mástil ahora penosamente dormido, iluminado solo por la luz de la televisión que emanaba una película pornográfica que no lo excitaba.
Pero con frecuencia su otra vida tocaba a su puerta. Con ella había pasado los mejores años de su vida. Seguía siendo una mujer hermosa aún luego de 15 años de matrimonio y tres hijos. Siempre fue una mujer dulce, trabajadora, sacrificada y responsable, sobre todo responsable de sostener, al menos afectivamente, a una familia de la cual ella se siente orgullosa. Amante de las rutinas, del calor de hogar, de la cena servida y las noches de cine entre amigos, de la lectura de un buen libro y de un buen vino rosado o blanco ("tinto se me sube a la cabeza, y después no aguanto la migraña", decía). Educada, complaciente, cuidadosa. El sexo con ella era así, bonito, tierno y delicado. De luces apagadas. Penetrarla era como allanar un recinto sagrado de terciopelo tibio. Sus suspiros parecían venir de lo más profundo del océano, como en un arrullo. Así se enamoró de ella y así ha vivido con ella todo este tiempo.
Para él, la escena era una pesadilla. Su mente parecía haberse congelado.
- ¿Qué vas a hacer ahora? -, preguntó ella visiblemente molesta.
- ¿Qué clase de pregunta es esa? No, si él no tiene nada que hacer. Soy yo la que tiene mucho por delante, más ahora que tengo que encargarme de todas las diligencias del divorcio. ¡Y ni pienses en poner un pie en mi casa!
- Pues te va a tocar buscar un hotel, papacito, porque a mi casa tampoco vas. Yo soy una mujer libre de ataduras y no ando buscando casarme ni arrejuntarme contigo ni con nadie.
Ella estaba seca por dentro. Sus movimientos eran mecánicos. Se notaba su saber hacer, pero le faltaba algo. El acabó dentro de ella, y ella se desmontó inmediatamente de su cabalgadura para vestirse. Recogió el dinero que había en la mesa de noche. Intercambió una pocas palabras con él -"gracias, me tengo que ir", según recuerda-, abrió la puerta que mostraba un "105" del lado externo y la cerró casi de portazo.
Él quedó echado en la cama, con el condón aun guindando de su mástil ahora penosamente dormido, iluminado solo por la luz de la televisión que emanaba una película pornográfica que no lo excitaba.
1 de diciembre de 2006
Enciende una vela...
Son muchas las cosas que uno podría decir en un día como hoy, en el que se celebra la Lucha Mundial contra el VIH/SIDA. La prevención sigue siendo lo más importante, el sexo seguro la vía para lograrlo.
En Venezuela, Acción Solidaria recibirá hoy de manos de la Organización Mundial de la Salud un reconocimiento como una de las organizaciones más efectivas en cuanto a manejo del tema VIH/SIDA. Solo cuatro organizaciones lo recibirán en Latinoamérica (Una de Brasil, otra de Argentina y una más de Colombia). El lazo rojo que está en mi índice los llevará a la página de esta organización.
Por otra parte, encontré la siguiente iniciativa, esta vez de parte de una empresa farmacológica privada, que donará un dólar para las invesitgaciones relacionadas con el virus, por cada vela encendida en su sitio web. Yo ya encendí una, y creo que todos los que podamos hacerlo deberíamos. Ninguna ayuda está de más para combatir la propagación de este virus.
Besos y abrazos a quien corresponda...
30 de noviembre de 2006
Traicionera
Sentía que no le había servido de nada todo el esfuerzo que durante tantos años había hecho para llegar a donde estaba... hasta hace cinco minutos. Fueron toneladas de libros, kilómetros de lecciones, muchas, muchísimas horas de trabajo, que hace apenas instantes perdieron todo sentido.
De nada valió haberle jurado a su madre que no se quedaría viviendo en el barrio cuando apenas tenía 12 años y haberle cumplido la promesa poco tiempo después, en medio de lágrimas cargadas de tristeza y de esperanza al mismo tiempo. Poco fue lo que logró después de dedicarse a lavar autos durante el día, hasta que por dedos solo tenía llagas. Y suerte que tuvo que el dueño del local le vio las ganas de trabajar y poco a poco lo fue ayudando. Siempre estaría agradecido con Manuel, que se comportó como el papá que nunca tuvo, porque esa era la historia de nunca acabar en el cerro de donde venía. Por él siguió estudiando, por su insistencia se hizo bachiller y luego estudió un técnico en contabilidad en una universidad pública, mientras seguía ayudando a Manuel en el negocio.
Fue Manuel quien le propuso que montaran otra sucursal, y que fuera él, el mismo muchacho que comenzó lavando carros, quien se hiciera cargo. Y así fue como logró alquilar un apartamento pequeño pero cómodo. Así fue como se convirtió en un hombre, con profesión y con trabajo. Y sobre todo, sin rastros de haber pertenecido a aquel lugar que ahora se le hacía confuso en su memoria.
Toda esa seguridad, toda esa historia se vino abajo en un momento. Fue una cachetada sonora y dolorosa, que llegó sin aviso y sin protesto, cuando abrió la puerta de su casa.
Había conocido a Lucía en el autolavado. Ella llevaba su carrito regularmente, y él la veía como a una diosa que pasaba por ahí cada 15 días. Lo saludaba con cortesía y él siempre la recibía con una sonrisa. Soñaba con su presencia, con su aroma siempre mezclado con el olor del detergente. Lo que él no sabía es que ella vivía un idilio similar, hasta que un buen día, sin que nadie lo hubiera planeado, conversaron un poco más de la cuenta. Se cayeron unas monedas, luego es ella la que casi se cae. Un accidente tras otro dieron pie a una valiente invitación de parte de él y que ella aceptó gustosa.
Fue un amor que creció poquito a poco, alimentándose de sonrisas cotidianas, de besos robados en el ascensor y de sexo rapidito porque llego tarde. Fue un amor sin pretensiones, de esos que no parecen sacados de cuentos de hadas, no había poemas ni canciones. Se había enamorado como nunca había pensado que el amor era posible. Eran solo ellos dos y eran más que suficientes. No hacía falta nada más. O al menos eso creía él hasta hace cinco minutos, cuando abrió esa puerta.
La abrió y no pudo articular palabra alguna. Se dio media vuelta y no supo más de sí.
Tenía que haberla llamado antes. Tenía que haberle avisado que llegaría. Quizás así le hubiera dado tiempo de ocultar las evidencias. Quien sabe si es preferible no saber, no ver, no sentir. Ahora no se podía sacar de la cabeza la imagen de Lucía en la cama, en absoluta entrega con alguien más que no era él. Esa imagen y la maldita canción que le acompañaba, ese vallenato arrabalero que escuchó más de una vez en la puerta del bar de mala muerte del barrio martillándole los sesos con estridencia. Todavía le hacía sentir el olor a cigarro y a ron barato que acompañaba a los golpes que más de una vez recibió su madre de uno de los tantos que pasó por su vida y que no le dejaron otra cosa que marcas en la piel y en el alma. Todavía podía escuchar los disparos frecuentes, disfrazados por la música que sale de alguna de las tantas ventanas abiertas de los ranchos amontonados. La misma música que le recuerda hasta la saciedad quién es, y que no importa lo que haya hecho, la traición se hizo parte de su historia.
Hacía cinco minutos había abierto las puertas del infierno y entró. Y no habrá nada en el mundo que apacigüe el ruido que ahora ocupa su cabeza.
De nada valió haberle jurado a su madre que no se quedaría viviendo en el barrio cuando apenas tenía 12 años y haberle cumplido la promesa poco tiempo después, en medio de lágrimas cargadas de tristeza y de esperanza al mismo tiempo. Poco fue lo que logró después de dedicarse a lavar autos durante el día, hasta que por dedos solo tenía llagas. Y suerte que tuvo que el dueño del local le vio las ganas de trabajar y poco a poco lo fue ayudando. Siempre estaría agradecido con Manuel, que se comportó como el papá que nunca tuvo, porque esa era la historia de nunca acabar en el cerro de donde venía. Por él siguió estudiando, por su insistencia se hizo bachiller y luego estudió un técnico en contabilidad en una universidad pública, mientras seguía ayudando a Manuel en el negocio.
Fue Manuel quien le propuso que montaran otra sucursal, y que fuera él, el mismo muchacho que comenzó lavando carros, quien se hiciera cargo. Y así fue como logró alquilar un apartamento pequeño pero cómodo. Así fue como se convirtió en un hombre, con profesión y con trabajo. Y sobre todo, sin rastros de haber pertenecido a aquel lugar que ahora se le hacía confuso en su memoria.
Toda esa seguridad, toda esa historia se vino abajo en un momento. Fue una cachetada sonora y dolorosa, que llegó sin aviso y sin protesto, cuando abrió la puerta de su casa.
Había conocido a Lucía en el autolavado. Ella llevaba su carrito regularmente, y él la veía como a una diosa que pasaba por ahí cada 15 días. Lo saludaba con cortesía y él siempre la recibía con una sonrisa. Soñaba con su presencia, con su aroma siempre mezclado con el olor del detergente. Lo que él no sabía es que ella vivía un idilio similar, hasta que un buen día, sin que nadie lo hubiera planeado, conversaron un poco más de la cuenta. Se cayeron unas monedas, luego es ella la que casi se cae. Un accidente tras otro dieron pie a una valiente invitación de parte de él y que ella aceptó gustosa.
Fue un amor que creció poquito a poco, alimentándose de sonrisas cotidianas, de besos robados en el ascensor y de sexo rapidito porque llego tarde. Fue un amor sin pretensiones, de esos que no parecen sacados de cuentos de hadas, no había poemas ni canciones. Se había enamorado como nunca había pensado que el amor era posible. Eran solo ellos dos y eran más que suficientes. No hacía falta nada más. O al menos eso creía él hasta hace cinco minutos, cuando abrió esa puerta.
La abrió y no pudo articular palabra alguna. Se dio media vuelta y no supo más de sí.
Tenía que haberla llamado antes. Tenía que haberle avisado que llegaría. Quizás así le hubiera dado tiempo de ocultar las evidencias. Quien sabe si es preferible no saber, no ver, no sentir. Ahora no se podía sacar de la cabeza la imagen de Lucía en la cama, en absoluta entrega con alguien más que no era él. Esa imagen y la maldita canción que le acompañaba, ese vallenato arrabalero que escuchó más de una vez en la puerta del bar de mala muerte del barrio martillándole los sesos con estridencia. Todavía le hacía sentir el olor a cigarro y a ron barato que acompañaba a los golpes que más de una vez recibió su madre de uno de los tantos que pasó por su vida y que no le dejaron otra cosa que marcas en la piel y en el alma. Todavía podía escuchar los disparos frecuentes, disfrazados por la música que sale de alguna de las tantas ventanas abiertas de los ranchos amontonados. La misma música que le recuerda hasta la saciedad quién es, y que no importa lo que haya hecho, la traición se hizo parte de su historia.
Hacía cinco minutos había abierto las puertas del infierno y entró. Y no habrá nada en el mundo que apacigüe el ruido que ahora ocupa su cabeza.
27 de noviembre de 2006
Adiós
El carro no era el lugar más cómodo para estos menesteres, pero no le quedaba otra opción. La dejaría en su casa, con el desgaste que genera haberle dicho que nunca más, que esa noche sería la última. No hay amor, y cuando no hay amor lo demás es tan solo una pantomima.
Ella venía callada. El silencio era incómodo, casi intolerable. Ya se habían dicho todo lo que tenían que decirse. Solo faltaba el adiós, y para eso estaban a dos cuadras de distancia. Ya las lágrimas se habían agotado, tenía los ojos hinchados y el alma reseca. ¿Habrá valido la pena tanto tiempo?
Llegaron a la puerta de su casa. No tenían fuerzas para verse. Ella no sabía si luchar, estaba tentada a abrir la puerta y bajarse corriendo de esa pesadilla. Pero algo la amarraba a la silla de ese auto donde pasaron tantas cosas. Algo le decía que ese no era el final, pero las circunstancias le aseguraban lo contrario.
Frente al volante, él no quería abrir la boca ni una vez más, sabía que sus palabras habían causado mucho daño y no pretendía seguir haciéndolo. Sentía que el aire no llegaba a sus pulmones, que su corazón no latía, su cerebro no hacía sinapsis. Solo quería que todo esto terminara.
De pronto, sin saber cómo, ambos se miraron a los ojos.
- ¿Por qué me haces esto?
- Tengo que hacerlo.
- ¿Por qué, coño?
No hubo adiós. Ella se bajó del auto y no miró atrás.
Sentía que era un cobarde. Que no podía con tanto, que no tenía tanta fuerza. Se vio en el espejo retrovisor, y no reconocía lo que la imagen decía de si mismo.
- Para ser marico hay que ser hombre, y tú no lo eres. No tienes las bolas. ¿Sabes qué es lo que eres? Un guevón. Un rolitranco de guevón, y un cagón. Eso es lo que eres. A ver si algún día sacas valor de donde no tienes y te conviertes en un hombrecito de verdad.
Poco después, en la barra de un bar, hundido en alcohol, la lengua de un hombre hurgaba entre sus dientes, manos velludas apretaban su pecho y su entrepierna y él se dejaba hacer, mientras su mente pensaba en las bolas que no tenía y que no sabía si llegaría a tener.
_________________
La obra se llama "In the garden" de la artista norteamericana Meridy Volz
16 de noviembre de 2006
Santana
No había forma de que al tovareño Johan Santana le quitaran el premio Cy Young al mejor lanzador de la Liga Americana. Sus números eran, de lejos, los mejores de las Grandes Ligas. Solo estábamos esperando la ratificación, y el nombramiento fue unánime. Obtuvo los 140 puntos posibles para el primer lugar.
En esta oportunidad, el segundo Cy Young de su carrera demuestra que lo ocurrido hace dos años no fue casualidad. Y no está lejos de ser considerado el Jugador más valioso de la Liga.
Una razón más para sentirnos orgullosos.
Besos y abrazos a quien corresponda.
P.S.: De más está que diga que, por otro lado, mal visto, Johan está para jugarle no uno sino unos cuantos quinticos. Le compraría todos los números de una rifa... adivinen cuál sería el premio mayor. ;)
En esta oportunidad, el segundo Cy Young de su carrera demuestra que lo ocurrido hace dos años no fue casualidad. Y no está lejos de ser considerado el Jugador más valioso de la Liga.
Una razón más para sentirnos orgullosos.
Besos y abrazos a quien corresponda.
P.S.: De más está que diga que, por otro lado, mal visto, Johan está para jugarle no uno sino unos cuantos quinticos. Le compraría todos los números de una rifa... adivinen cuál sería el premio mayor. ;)
Ella...
Una fiesta. Toda ella era una fiesta. Se despertaba con una sonrisa en la cara. Se levantaba de la cama llena de energía, rápidamente, para aprovechar la mañana -"el que madruga recoge agua clara", pensaba-. Se metía al baño y el jabón de tocador era una explosión de rosas, las cremas para el cuerpo olían a chicle de cambur y la pasta de dientes incendiaba su boca de menta fresca.
Bailaba al ritmo de lo que sonara en su cabeza mientras se secaba el cabello alborotándolo hasta más no poder. Su ropa interior siempre tenía aquel toque que la hacía sexy y divertida. En su guardarropa no existía el negro, el marrón o los pasteles. Su maquillaje no dejaba de lado los carmínes. Sus zapatos no tenían un tacón de menos de cinco centímetros.
Caminaba con ritmo. En su casa le habían enseñado que caminar era todo un arte que había que cultivar, indispensable para llevar la vida con buen humor. Sus caderas eran todo un péndulo que hacía voltear a cualquier alma que se le atravesara a aquel terremoto. Y al frente, sus redondeces rebotaban al son del mejor güagüancó que se haya podido bailar.
Era el clásico ejemplo de la latinidad, curvas peligrosas, piernas de campeonato, cintura de avispa, carne canela dulce. Un espejismo hecho realidad.
Así era ella, toda pasión.
Poco después, llegaba a su trabajo. El vigilante la saludó con uno de esos "buenos días, mami" que salen del alma, y ella felíz le guiña su ojo de largas pestañas. Subía las escalones con una gracia digna de la más top de las modelos cuando un pequeño incidente -"maldito tacón, yo sabía que se iba a partir"- la hizo rodar escaleras abajo.
El doctor que la atendió fue una bendición, el mar de las cortesías.
- Doctor, cuénteme, ¿es muy grave?
- No, Carlos, no te preocupes. Es apenas un esguince, unos días con la pierna inmovilizada y algo de reposo y volverás a ser la misma de antes.
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La foto (no las piernas) es del uruguayo Daniel Machado.
12 de noviembre de 2006
El encuentro
Llegué a Coma a las 7:00 en punto. Mi intención era quedarme poco tiempo, ya que tenía un par de compromisos posteriores a los que me era casi imposible renunciar, así que no estaba vestido para la ocasión: andaba vestido (o mejor, disfrazado) de traje y corbata, y honestamente no me sentía muy cómodo.
Apenas entré, conocí a Luis Carlos. Supuse que era él, entre otras cosas porque tenía abierta su laptop y trabajaba en ella mientras nos esperaba. Inmediatamente nos presentamos y arrancó la conversa. A los pocos minutos, sonó su teléfono: era Silma, quien llamaba para avisar que estaba en la estación de servicio frente al Centro San Iganacio. Con unas breves indicaciones, Silma y su Ave Migratoria estaban frente al local.
Lo primero que ocurrió fue una cosa muy extraña: nos saludamos como si nos conociéramos de toda la vida, y que este encuentro era una cosa muy normal, casi que de todos los días. Incluso, no sé si por alguna extraña razón, su primera reacción fue darnos la mano, cuando él se había confesado abrazón. Así que no me quedó de otra que tomar la iniciativa y lanzarle un abrazo de oso que debió tomarlo desprevenido, sobre todo por la contrastante magnitud entre nuestras complexiones.
Así dio comienzo a una velada magnífica llena de encuentros, de "tu eres... sí, yo soy..." Mientras tanto, Silma nos veía llegar con ojos cada vez más grandes, que de grandes no cabían en su rostro. Incrédulo, porque es increíble y a la vez maravilloso que este grupo de personas se hayan encontrado, y de qué manera. Una razón más para agradecerte, Silma, el mago eterno de maneras pulcras y sencillas que nos enamoró a todos.
Poco a poco fuimos terminando de entrar en confianza: Quack rompió el hielo y después de Silma fue el más abrazado de la noche. Fue estupendo ver cómo todos y cada uno, incluso si no nos conocíamos a través de las letras, fuimos encontrando ese espacio en común que se abría frente a nosotros para disfrutar de las respectivas compañías. Y de pronto surgían los temas, así, casi de la nada, así como surgen en cada una de sus casas virtuales. Y los comentarios al pie, y las fotos, y los post scriptums. Y Arcana nos habló de reencarnaciones y destinos; y el arquitecto de su inspirador amigo que ya no está y que lo trajo a aventurarse a Caracas; y Bea de su querido hospital, mientras Luis Carlos escuchaba atento, haciendo comentarios muy precisos de una profundidad inusitada; Marta y sus preparativos para el maraton y Desingeniado con sus anécdotas de racismo a la inversa; y la Wari que más bella no se puede, derrochando simpatía que desbordaba por todos lados; y la Maga haciendo magia con sus cuentos; y Carmelo, mi compadre, a quien recuerdo siempre como la primera persona que conocí a través del blog, gracias a Piedra de Mar, que más placer no se puede al escuchar su voz por primera vez y nos regaló el grato recuerdo de su compañía vía telefónica.
Y Silma, Silma y sus 17 años junto a su Ave Migratoria, y sus aeropuertos, y su tragedia con la medicina suiza, y sus abrazos terapéuticos... Cómo agradecerte un recuerdo, que no sea recordándote siempre.
Muchísimas gracias por permitirnos pasar una velada absolutamente perfecta.
Besos y abrazos a quien corresponda.
P.S.: No tengo cámara fotográfica, así que las fotos del encuentro se las debo, aunque por ahí ya hay algunas rodando...
Actualización 14/11 a las 8:00 am: Naky, amor de mi vida, me siento como Hillary Swank cuando recibió su primer Oscar y no mencionó al esposo en su discurso de agradecimiento. En mi descargo, debo decir que, en efecto, encontrarme contigo hace 10 años por primera vez es una de las cosas más maravillosas que me ha pasado, porque como te lo he dicho en más de una ocasión y ahora lo hago público y por escrito (y si quieres lo notarío), yo te adoro y soy feliz de contarte como mi amiga. Y por eso es que estoy tan absolutamente apenado de no haberte incluído dentro de la narración del encuentro.
Por cierto: la razón de que no tengo fotos o cámara es que cuento con la del teléfono celular, y la tecnología está conspirando para que no las baje a la computadora.
Apenas entré, conocí a Luis Carlos. Supuse que era él, entre otras cosas porque tenía abierta su laptop y trabajaba en ella mientras nos esperaba. Inmediatamente nos presentamos y arrancó la conversa. A los pocos minutos, sonó su teléfono: era Silma, quien llamaba para avisar que estaba en la estación de servicio frente al Centro San Iganacio. Con unas breves indicaciones, Silma y su Ave Migratoria estaban frente al local.
Lo primero que ocurrió fue una cosa muy extraña: nos saludamos como si nos conociéramos de toda la vida, y que este encuentro era una cosa muy normal, casi que de todos los días. Incluso, no sé si por alguna extraña razón, su primera reacción fue darnos la mano, cuando él se había confesado abrazón. Así que no me quedó de otra que tomar la iniciativa y lanzarle un abrazo de oso que debió tomarlo desprevenido, sobre todo por la contrastante magnitud entre nuestras complexiones.
Así dio comienzo a una velada magnífica llena de encuentros, de "tu eres... sí, yo soy..." Mientras tanto, Silma nos veía llegar con ojos cada vez más grandes, que de grandes no cabían en su rostro. Incrédulo, porque es increíble y a la vez maravilloso que este grupo de personas se hayan encontrado, y de qué manera. Una razón más para agradecerte, Silma, el mago eterno de maneras pulcras y sencillas que nos enamoró a todos.
Poco a poco fuimos terminando de entrar en confianza: Quack rompió el hielo y después de Silma fue el más abrazado de la noche. Fue estupendo ver cómo todos y cada uno, incluso si no nos conocíamos a través de las letras, fuimos encontrando ese espacio en común que se abría frente a nosotros para disfrutar de las respectivas compañías. Y de pronto surgían los temas, así, casi de la nada, así como surgen en cada una de sus casas virtuales. Y los comentarios al pie, y las fotos, y los post scriptums. Y Arcana nos habló de reencarnaciones y destinos; y el arquitecto de su inspirador amigo que ya no está y que lo trajo a aventurarse a Caracas; y Bea de su querido hospital, mientras Luis Carlos escuchaba atento, haciendo comentarios muy precisos de una profundidad inusitada; Marta y sus preparativos para el maraton y Desingeniado con sus anécdotas de racismo a la inversa; y la Wari que más bella no se puede, derrochando simpatía que desbordaba por todos lados; y la Maga haciendo magia con sus cuentos; y Carmelo, mi compadre, a quien recuerdo siempre como la primera persona que conocí a través del blog, gracias a Piedra de Mar, que más placer no se puede al escuchar su voz por primera vez y nos regaló el grato recuerdo de su compañía vía telefónica.
Y Silma, Silma y sus 17 años junto a su Ave Migratoria, y sus aeropuertos, y su tragedia con la medicina suiza, y sus abrazos terapéuticos... Cómo agradecerte un recuerdo, que no sea recordándote siempre.
Muchísimas gracias por permitirnos pasar una velada absolutamente perfecta.
Besos y abrazos a quien corresponda.
P.S.: No tengo cámara fotográfica, así que las fotos del encuentro se las debo, aunque por ahí ya hay algunas rodando...
Actualización 14/11 a las 8:00 am: Naky, amor de mi vida, me siento como Hillary Swank cuando recibió su primer Oscar y no mencionó al esposo en su discurso de agradecimiento. En mi descargo, debo decir que, en efecto, encontrarme contigo hace 10 años por primera vez es una de las cosas más maravillosas que me ha pasado, porque como te lo he dicho en más de una ocasión y ahora lo hago público y por escrito (y si quieres lo notarío), yo te adoro y soy feliz de contarte como mi amiga. Y por eso es que estoy tan absolutamente apenado de no haberte incluído dentro de la narración del encuentro.
Por cierto: la razón de que no tengo fotos o cámara es que cuento con la del teléfono celular, y la tecnología está conspirando para que no las baje a la computadora.
10 de noviembre de 2006
Todos me miran...
Gloria Trevi es una artista de dudosa reputación, lo admito. Pero desde que regresó a la palestra con esta canción, que se ha puesto de moda en cualquier local de ambiente que se respete, su historial ha pasado a un segundo plano.
Con este tema se ha terminado de meter en el bolsillo a la comunidad gay, pero lo que más me gusta es que supo darle una doble lectura, para convertirlo en una denuncia contra el maltrato a la mujer.
Y de paso, enfrentando ambos temas desde la perspectiva que más admiro: desde la decisión, la valentía y el orgullo. Estas son las mismas razones por las que suelo expresar mis respetos hacia este grupo. Hay que tener coraje para salir a la calle y saber que "todos te miran". Y no necesariamente es una mirada de aprecio o respeto.
No puedo dejar de contrastar esta actitud de orgullo y gallardía con la de muchos otros que, a pesar de casarse, tener hijos, amantes, secretarias y demás, cada cierto tiempo buscan la forma de desahogar su deseo homosexual con algún encuentro fortuito, que puede llegar a convertirse en una rutina frecuente y hasta en una relación seria.
La pregunta que casi siempre aflora aquí es la siguiente: "¿Y acaso ese señor no puede ser bisexual?". Es evidente que sí, por qué no. El placer sexual no tiene fronteras, las prácticas sexuales pueden ser ilimitadas (e incluso algunas de ellas son consideradas enfermedades).
El problema no es el ejercicio de la bisexualidad, sino el de la sinceridad. Supongo que pedir honestidad y aceptación por parte de una pareja en ese sentido es poco menos que imposible...
Solo imagínenselo: "Mi amor, la verdad es que yo soy bisexual y quisiera que pudieramos compartir nuestras relaciones sexuales con otro hombre, eso sería verdaderamente satisfactorio para mi".
La reacción sería digna de una telenovela de Delia Fiallo con Lupita Ferrer como la protagonista ciega y amnésica.
Y sin embargo, se han visto casos...
¿Hasta dónde llegará el mundo en su proceso de aceptación de la diversidad?
Besos y abrazos a quien corresponda.
____________
P.S.: En este vínculo hay una foto de una obra llamada "Homage to bob flanigan me" del artista de origen italiano Franko B. Quise guindarla pero el sistema no me dejó, por lo que les recomiendo que lo visiten.
25 de octubre de 2006
Melocactus communis
También conocido como melón de costa. Mi abuela comió bastante pichiguey, mi mamá me dio uno para probarlo en un viaje que hicimos a la isla de Margarita cuando yo era apenas un crío (¡y olé!). Resulta que el pichiguey es la fruta que sale de ese cactus, por la parte de arriba. La fruta en cuestión es pequeña, roja, y tiene un sabor dulzón. Para venir de un cactus, pues está muy bien.
Cuando supe de la onda de las frutas, no me pregunten por qué, pues recordé el pichiguey... se lo comenté a la Waricha y no quise que mi blog no tuviera una mención especial a este fruto tan peculiar.
Besos y abrazos a quien corresponda
Firma: El Pichiguey.
24 de octubre de 2006
Y es que te amo tanto...
- ¿Pero se puede saber qué carajo es lo que te pasa?
- Podrías comenzar por no levantarme la voz.
- Coño, pero es que contigo no se puede... ¿Qué pretendes? ¿Que me la cale, así, sin chistar?
- No te tienes que calar nada si no te da la gana, aquí hace rato que no estamos para calarnos nada de nadie.
- Mejor, entonces comprenderás por qué me molesto.
- No, y la mejor forma de que me lo expliques es bajando el tonito. No soy ninguna estúpida y tampoco me merezco la lapidación.
- Ok, está bien.
En ese momento, todas las presunciones fueron cayendo una a una, el muro se fue desarmando ladrillo a ladrillo como en un juego de lego. No, no me gusta ir a casa de tu mamá todos los viernes en la noche. No, no me gusta desayunar solo frutas y cereales para intentar mantener la línea. No, no quiero levantarme todos los domingos a lavar el carro. No, las sandalitas que te compraste no estaban a buen precio, de hecho me pareció que era un robo a mano armada. No, no quiero levantarme a las cinco de la mañana a caminar contigo en el Parque del Este. No, no me gusta cada vez que me comentas que los maridos de tus amigas son mejores que yo. No, no tenemos tantas cosas en común como tu crees. No, no puedo estar todo el tiempo contigo, a veces necesito salir con otras personas y conversar sobre otras cosas (aunque termine conversando siempre de ti y termine a tu lado contándote todo lo que hice y cuánto te extrañé). No, hoy llegué demasiado cansado del trabajo para ayudar a Miguel con la tarea. No, no te compré la guevonadita que me pediste que te comprara porque se me olvidó (y justo esa pendejada era imprescindible para que tu día fuera una maravilla). No, a veces no soy el marido perfecto con el que soñaste que te ibas a casar.
- Y es que te amo tanto que a veces no te soporto...
La pared estaba en el suelo. Desarmada pieza a pieza. Y es que te amo tanto, que tomaron cada ladrillo y lo colocaron lentamente en su sitio. Y donde hubo alguna vez una pared que lucía abandonada y maltratada, ahora había una nueva pared, con ladrillos que estaban allí desde hace mucho, pero también con otros ladrillos un poco más nuevos, de esos que no habían descubierto antes. Y es que te amo tanto, que ahora la pared era más resistente. Quizás no indestructible, pero sí muy fuerte, capaz de soportar otros tantos que a veces no te soporto.
Porque el amor se construye con ladrillos de verdad.
------------------------------
La obra es de un artista llamado Lacamara, y la pieza se llama "La Pareja"
21 de octubre de 2006
La maleta
- ¿De quién es esa maleta?
La cinta de maletas del aeropuerto estaba vacía. La maleta estaba en el piso, esperando. No estaba en la cinta, girando, sino en el piso. Alguien del grupo debía haberla bajado de la cinta, y ahora no aparecía el dueño.
- ¿Alguien sabe de quién es esta maleta?
Todos se miraban consternados. La maleta era particularmente llamativa: rosada, llena de etiquetas de lugares distintos, que hacían presumir que su dueño la había llevado consigo a muchos lugares.
- ¿Alguien vio a la persona que traía esta maleta?
Nadie contestaba. Este era un vuelo charter, alquilado especialmente para este grupo de parejas que decidió visitar una hermosa isla del Caribe. Lo extraño era que la maleta no perteneciera a ninguno de ellos.
- ¿Qué hacemos con la maleta?
- ¿La abrimos? Capaz y adentro hay algo que identifique al dueño...
- No me parece, está muy bien cerrada. Fíjate, candado y combinación. Tendríamos prácticamente que romperla.
- ¿Y a quien se la dejamos entonces?
- Ya va... primero vamos a confirmar algo: ¿Estamos todos los que somos?
- A ver... 1, 2, 3... 12, 13... 17 y 18. Sí, están todos.
- ¿Y la maleta no es de ninguno de ustedes?
De nuevo silencio. La maleta no tenía dueño.
- ¿Cuáles son las opciones?
- Llevarla con nosotros o dejarla acá en el aeropuerto.
- ¡O abrirla!
- ¿Usted querría que le abrieran su maleta si se le pierde?
- Si eso significa que me la hagan llegar de nuevo porque logran identificarla, sí...
- No tiene nombre ni dirección por fuera... Nada asegura que esté identificada por dentro.
- No, pero vale la pena intentar.
- Dejémosla en el aeropuerto. Alguien se hará cargo.
Algunos empezaron a mirar a los lados, pero a esa hora de la noche el aeropuerto tenía pocas personas.
- Alguien debe estar a cargo.
- Sí, liberémonos de esa carga y vámonos al hotel.
Intentaron cargar la maleta, pero no se movió de su sitio.
- ¡Está muy pesada!
- ¿Pero a quien se le ocurre traer una maleta tan pesada?
- Es como si estuviera pegada al suelo.
- Yo digo que la dejemos. Alguien sabrá qué hacer con ella.
- Es cierto, aunque me mata la curiosidad.
- ¿De qué?
- De saber qué tiene dentro.
- Ya dijimos que no la abriríamos...
- Lo dijeron ustedes, yo con todo gusto trataría de abrirla a ver qué contiene.
Algunos la vieron con cara de reproche, pero otros pensaban igual.
- Miren que la curiosidad mató al gato.
- Vamos, ¿qué es lo peor que puede pasar?
- Es una maleta, en una isla apartada del Caribe...
- Nada puede pasar.
- Yo no estoy de acuerdo con abrirla.
- Bueno, entonces por qué no te vas y dejas que nosotros hagamos lo que queremos... Cada quien es libre de sus actos.
- Sí, pero es una violación a la intimidad.
- Es muy simple, a esa persona se le perdió su maleta y no hay forma de devolvérsela.
- Así que mejor abramos la maleta.
- No.
- No va a pasar nada.
- No quiero ser cómplice de esto.
- ¡Es una puta maleta! ¿De qué complicidad estás hablando?
- ¡Capaz y le estamos haciendo un favor al dueño!
- Entonces hagan lo que les venga en gana, yo me voy.
- No, yo no voy a permitir que abran la maleta.
- Vamos a llevarla con nosotros y luego decidimos, cuando estemos más calmados.
- ¿Quién está a favor de llevarnos la maleta?
Las manos no se levantaron.
- ¿Y quién la cargaría? ¿No vieron lo pesada que está?
- Está bien. ¿Quién piensa que debemos dejar la maleta?
Solo tres levantaron la mano.
- ¿Quién cree que hay que abrirla?
Esta vez se levantaron 5 manos.
- ¡Somos mayoría! ¡Abramos la maleta!
- No señor, un momento. 5 de 18 no hacen mayoría.
- Pues no me importa lo que piensen los demás. Voy a abrir la maleta.
- ¡Espera! ¡No es justo!
- ¿Justo con quien? Señores, estamos hablando de una maleta...
- Pero no es tu maleta.
- A estas alturas y en estas condiciones, con esta maleta hago lo que me dé la gana.
- Déjalo... total, ya ni me importa lo que hay en la maleta.
- ¿Estás viendo? ¿Ves que ya no importa?
- Bueno, si a nadie le importa, pues abramos la maleta.
La reportera de televisión estaba en el lugar de los acontecimientos:
- Aún no quedan claras las circunstancias en las que 18 turistas han fallecido en el aeropuerto de la ciudad. Han acordonado la zona y todavía no hay suficiente información al respecto. El único testigo, un obrero del aeropuerto, dijo haber encontrado los cadáveres alrededor de una cinta que transporta las maletas. Ya la zona ha sido revisada por los forenses. Ahora mismo, los cuerpos y sus pertenencias están siendo llevados a los laboratorios, para su análisis.
En una avioneta que se dirige a algún lugar del Pacífico, una maleta rosada seguía su camino a otro aeropuerto, con una nueva calcomanía en su haber.
La cinta de maletas del aeropuerto estaba vacía. La maleta estaba en el piso, esperando. No estaba en la cinta, girando, sino en el piso. Alguien del grupo debía haberla bajado de la cinta, y ahora no aparecía el dueño.
- ¿Alguien sabe de quién es esta maleta?
Todos se miraban consternados. La maleta era particularmente llamativa: rosada, llena de etiquetas de lugares distintos, que hacían presumir que su dueño la había llevado consigo a muchos lugares.
- ¿Alguien vio a la persona que traía esta maleta?
Nadie contestaba. Este era un vuelo charter, alquilado especialmente para este grupo de parejas que decidió visitar una hermosa isla del Caribe. Lo extraño era que la maleta no perteneciera a ninguno de ellos.
- ¿Qué hacemos con la maleta?
- ¿La abrimos? Capaz y adentro hay algo que identifique al dueño...
- No me parece, está muy bien cerrada. Fíjate, candado y combinación. Tendríamos prácticamente que romperla.
- ¿Y a quien se la dejamos entonces?
- Ya va... primero vamos a confirmar algo: ¿Estamos todos los que somos?
- A ver... 1, 2, 3... 12, 13... 17 y 18. Sí, están todos.
- ¿Y la maleta no es de ninguno de ustedes?
De nuevo silencio. La maleta no tenía dueño.
- ¿Cuáles son las opciones?
- Llevarla con nosotros o dejarla acá en el aeropuerto.
- ¡O abrirla!
- ¿Usted querría que le abrieran su maleta si se le pierde?
- Si eso significa que me la hagan llegar de nuevo porque logran identificarla, sí...
- No tiene nombre ni dirección por fuera... Nada asegura que esté identificada por dentro.
- No, pero vale la pena intentar.
- Dejémosla en el aeropuerto. Alguien se hará cargo.
Algunos empezaron a mirar a los lados, pero a esa hora de la noche el aeropuerto tenía pocas personas.
- Alguien debe estar a cargo.
- Sí, liberémonos de esa carga y vámonos al hotel.
Intentaron cargar la maleta, pero no se movió de su sitio.
- ¡Está muy pesada!
- ¿Pero a quien se le ocurre traer una maleta tan pesada?
- Es como si estuviera pegada al suelo.
- Yo digo que la dejemos. Alguien sabrá qué hacer con ella.
- Es cierto, aunque me mata la curiosidad.
- ¿De qué?
- De saber qué tiene dentro.
- Ya dijimos que no la abriríamos...
- Lo dijeron ustedes, yo con todo gusto trataría de abrirla a ver qué contiene.
Algunos la vieron con cara de reproche, pero otros pensaban igual.
- Miren que la curiosidad mató al gato.
- Vamos, ¿qué es lo peor que puede pasar?
- Es una maleta, en una isla apartada del Caribe...
- Nada puede pasar.
- Yo no estoy de acuerdo con abrirla.
- Bueno, entonces por qué no te vas y dejas que nosotros hagamos lo que queremos... Cada quien es libre de sus actos.
- Sí, pero es una violación a la intimidad.
- Es muy simple, a esa persona se le perdió su maleta y no hay forma de devolvérsela.
- Así que mejor abramos la maleta.
- No.
- No va a pasar nada.
- No quiero ser cómplice de esto.
- ¡Es una puta maleta! ¿De qué complicidad estás hablando?
- ¡Capaz y le estamos haciendo un favor al dueño!
- Entonces hagan lo que les venga en gana, yo me voy.
- No, yo no voy a permitir que abran la maleta.
- Vamos a llevarla con nosotros y luego decidimos, cuando estemos más calmados.
- ¿Quién está a favor de llevarnos la maleta?
Las manos no se levantaron.
- ¿Y quién la cargaría? ¿No vieron lo pesada que está?
- Está bien. ¿Quién piensa que debemos dejar la maleta?
Solo tres levantaron la mano.
- ¿Quién cree que hay que abrirla?
Esta vez se levantaron 5 manos.
- ¡Somos mayoría! ¡Abramos la maleta!
- No señor, un momento. 5 de 18 no hacen mayoría.
- Pues no me importa lo que piensen los demás. Voy a abrir la maleta.
- ¡Espera! ¡No es justo!
- ¿Justo con quien? Señores, estamos hablando de una maleta...
- Pero no es tu maleta.
- A estas alturas y en estas condiciones, con esta maleta hago lo que me dé la gana.
- Déjalo... total, ya ni me importa lo que hay en la maleta.
- ¿Estás viendo? ¿Ves que ya no importa?
- Bueno, si a nadie le importa, pues abramos la maleta.
La reportera de televisión estaba en el lugar de los acontecimientos:
- Aún no quedan claras las circunstancias en las que 18 turistas han fallecido en el aeropuerto de la ciudad. Han acordonado la zona y todavía no hay suficiente información al respecto. El único testigo, un obrero del aeropuerto, dijo haber encontrado los cadáveres alrededor de una cinta que transporta las maletas. Ya la zona ha sido revisada por los forenses. Ahora mismo, los cuerpos y sus pertenencias están siendo llevados a los laboratorios, para su análisis.
En una avioneta que se dirige a algún lugar del Pacífico, una maleta rosada seguía su camino a otro aeropuerto, con una nueva calcomanía en su haber.
18 de octubre de 2006
Luna de miel
Los dos iban tomados de la mano. Caminaban con tranquilidad, llevados por la dicha de compartir un momento juntos. La brisa, la arena, la música del mar y el atardecer eran sus compañeros de camino.
No dijeron nada durante un buen rato. No hacía falta, las palabras estaban de más. Eran solo ellos y la belleza de la que formaban parte, de un momento anhelado durante mucho tiempo. La playa era inmensa y su larga hilera de huellas aun era visible. Sin embargo, mirar atrás no era una opción. Ese día, poco antes, habían tomado una decisión.
En la mano de ambos, el dedo anular hizo honor a su nombre. Los aros, perfectos y pulidos, relucían con los últimos rayos del sol. Ahora las huellas quedarían impresas siempre cercanas en la arena blanca. Caminarán juntos desde hoy.
Carlos y Luis se detuvieron un momento y se miraron tiernamente. Un beso inundó de amor la playa y ocupó cada rincón del océano, haciéndolo infinito.
La eternidad del amor no se mide en tiempo real.
__________________________________________
La foto es de la maravillosa Bahía de Juangriego, en la Isla de Margarita, en Venezuela.
__________________________________________
Actualización: Ayer se cumplieron 58 meses de la decisión... dos más y llegamos a los cinco años...
14 de octubre de 2006
Kuan Yin, Diosa de la Misericordia...
En muchos templos de Taiwan se encuentra la imagen de una diosa de semblante benevolente. La deidad es Kuan-yin, conocida en sánscrito como Avalokitesvara, y es uno de los bodhisatva (iluminado) más populares y más importantes. Su culto se extiende por toda China, Tíbet, y casi todos los países del Noreste y Sudeste Asiático.
Ella es la guardiana del mundo presente, siendo la transición entre el histórico buda Sakyamuni y Maitreya, el buda del futuro. Kuan-yin es la diosa de la misericordia en el budismo chino. Para los budistas tibetanos es el buda de la compasión.
En términos teológicos, la veneración de Avalokitesvara o Kuan-yin en China puede ser clasificada en tres categorías: exotérica, esotérica y sinificada.
La tradición exotérica es la más arraigada y la representación de la figura serena de la diosa es la más común en los templos y altares familiares en Taiwan. Kuan-yin es presentada como una diosa normal con una corona que tiene como diadema un buda. Sus brazos sostienen objetos auspiciosos, tales como una flor de loto, una rama de sauce o un rosario.
La versión esotérica presenta a Kuan-yin con once cabezas y múltiples brazos que sostienen una amplia variedad de instrumentos usados para ayudar a los fieles a liberarse de todas las formas de males y dificultades. Esta versión suele ser conocida como el “Kuan-yin de mil brazos y mil ojos”. En las imágenes chinas generalmente se muestran sólo dieciseis brazos que sostienen objetos esotéricos tales como espadas, rosarios, flores, etc.
El origen de esta iconografía se basa en una leyenda donde se dice que Avalokitesvara prometió no descansar sino hasta liberar a todos los seres humanos del sufrimiento. Después de trabajar diligentemente en esta tarea por un largo tiempo, la deidad descubrió que el número de seres miserables que debía salvar era inmenso y muchos de ellos no apreciaban su esfuerzo y volvían a recaer en las mismas debilidades que causaban su sufrimiento. Su desesperación fue tal que su cabeza reventó en miles de pedazos. El buda Amitabha, al ver la situación, recogió las partes y las volvió a unir, convirtiéndose en un cuerpo con muchos brazos y muchas cabezas. Así, Avalokitesvara puede trabajar con miles de almas al mismo tiempo, liberándolas de sus diferentes sufrimientos.
En la iconografía esotérica también se representa la deidad con un ojo en la palma de cada mano, representando su actitud siempre vigilante para librar de los males al ser humano.
La versión sinificada de la veneración a Kuan-yin se basa en las tradiciones populares de China que surgen de los textos apócrifos y leyendas que se han acumulado a través de los siglos. Las imágenes más populares de este género en Taiwan incluyen las de la “Dama del Vestido Blanco”; “Kuan-yin otorgando niños”, “Kuan-yin del cesto de peces” y “Kuan-yin del Mar del Sur”.
Fragmentos del texto de Luis M. Chong publicado en el Diario La Nueva Prensa el 21 de Mayo de 2001)
No quería colocarles este video (que encontré casi por casualidad) sin colocar alguna información sobre Kuan Yin. Creo que la danza que realzan estos chinos es de una belleza pasmosa...
Otra particularidad de este grupo de bailarines es que todos poseen discapacidad auditiva, por lo que bailar de esta manera tiene aun más mérito.
Besos y abrazos a quien corresponda.
Ella es la guardiana del mundo presente, siendo la transición entre el histórico buda Sakyamuni y Maitreya, el buda del futuro. Kuan-yin es la diosa de la misericordia en el budismo chino. Para los budistas tibetanos es el buda de la compasión.
En términos teológicos, la veneración de Avalokitesvara o Kuan-yin en China puede ser clasificada en tres categorías: exotérica, esotérica y sinificada.
La tradición exotérica es la más arraigada y la representación de la figura serena de la diosa es la más común en los templos y altares familiares en Taiwan. Kuan-yin es presentada como una diosa normal con una corona que tiene como diadema un buda. Sus brazos sostienen objetos auspiciosos, tales como una flor de loto, una rama de sauce o un rosario.
La versión esotérica presenta a Kuan-yin con once cabezas y múltiples brazos que sostienen una amplia variedad de instrumentos usados para ayudar a los fieles a liberarse de todas las formas de males y dificultades. Esta versión suele ser conocida como el “Kuan-yin de mil brazos y mil ojos”. En las imágenes chinas generalmente se muestran sólo dieciseis brazos que sostienen objetos esotéricos tales como espadas, rosarios, flores, etc.
El origen de esta iconografía se basa en una leyenda donde se dice que Avalokitesvara prometió no descansar sino hasta liberar a todos los seres humanos del sufrimiento. Después de trabajar diligentemente en esta tarea por un largo tiempo, la deidad descubrió que el número de seres miserables que debía salvar era inmenso y muchos de ellos no apreciaban su esfuerzo y volvían a recaer en las mismas debilidades que causaban su sufrimiento. Su desesperación fue tal que su cabeza reventó en miles de pedazos. El buda Amitabha, al ver la situación, recogió las partes y las volvió a unir, convirtiéndose en un cuerpo con muchos brazos y muchas cabezas. Así, Avalokitesvara puede trabajar con miles de almas al mismo tiempo, liberándolas de sus diferentes sufrimientos.
En la iconografía esotérica también se representa la deidad con un ojo en la palma de cada mano, representando su actitud siempre vigilante para librar de los males al ser humano.
La versión sinificada de la veneración a Kuan-yin se basa en las tradiciones populares de China que surgen de los textos apócrifos y leyendas que se han acumulado a través de los siglos. Las imágenes más populares de este género en Taiwan incluyen las de la “Dama del Vestido Blanco”; “Kuan-yin otorgando niños”, “Kuan-yin del cesto de peces” y “Kuan-yin del Mar del Sur”.
Fragmentos del texto de Luis M. Chong publicado en el Diario La Nueva Prensa el 21 de Mayo de 2001)
No quería colocarles este video (que encontré casi por casualidad) sin colocar alguna información sobre Kuan Yin. Creo que la danza que realzan estos chinos es de una belleza pasmosa...
Otra particularidad de este grupo de bailarines es que todos poseen discapacidad auditiva, por lo que bailar de esta manera tiene aun más mérito.
Besos y abrazos a quien corresponda.
6 de octubre de 2006
Desconocidos
- Llegaste temprano. No te esperaba a esta hora.
- Terminé antes.
- ¿En serio? Qué novedad.
- ¿No me crees?
Ella se le quedó viendo como quien mira a una cucaracha recién aplastada con tripas afuera y todo.
- Me apuré porque quería ver la pelea que dan hoy en televisión.
- ¿La novela?
- Chistosa.
- Pensé que estarías harto de peleas, como para ver una en televisión.
- Pensé que estarías harta de pelear, pero parece que no hay forma de que vuelvas a la normalidad.
- ¿Normalidad?
- Sí, últimamente andas histérica todo el tiempo.
- Mira quien habla.
- Yo no ando histérico.
- No, si por primera vez en mucho tiempo tienes razón. Esa no es la mejor manera de describir tu caracter.
Ahora fue él quien le devolvió la mirada.
- Huraño, callado, malhumorado... eso por no decir "ladilla". Te has vuelto un hombre muy aburrido.
- Yo lo que me pregunto a estas alturas es qué fue primero, el huevo o la gallina.
- No me irás a culpar de tu cara de culo.
- ¿Y a quién culpo, entonces? ¿Al Papa?
- Entonces la razón de tu cara de culo soy yo.
Él se quedó viendo fijamente a la televisión, temiendo contestar.
- Y yo que pensaba que la razón de mi amargura eras tú.
- ¿Yo?
- No, el guevón del amante con el que tengo que fingir los orgasmos porque lo tiene chiquito.
- ¡Respeta!
- ¿Quieres cotufas para la pelea?
- ¿Perdón?
Ella intentó ver en él al hombre que conoció hace ya no sabe cuánto tiempo atrás. Él miraba la televisión, aunque solo trataba de recordar a la mujer con la que se casó.
- Fue un placer conocerte.
- Lo mismo digo.
____________________________
La obra es del venezolano José Dudamel, se llama "Pelea de Gallos" y la coloco especialmente para Rafico.
4 de octubre de 2006
8 años
Mañana se cumplen 8 años. Sé que parecen pocos, pero para mí han sido toda una eternidad. En 8 años pueden ocurrir muchas cosas, como por ejemplo que nazca tu hijo, dé sus primeros pasos, comience a hablar, aprenda los colores, a leer, a escribir, luego vaya al colegio y comience a tener amiguitos.
En 8 años puedes comenzar y terminar una carrera universitaria, conseguir empleo y forjarte una carrera, ganar un sueldo o hasta montar tu propio negocio.
8 años pueden servir también para conocer el mundo, viajando si puedes, o simplemente a través de toda la información que decidas tener a través de todos los medios a tu disposición. Quizás no sea tan emocionante, pero seguramente puede ser enriquecedor.
También puedes decidir enamorarte, puede ocurrir que conozcas a la mujer de tu vida, y en ocho años, puedes forjar una relación sólida, una de esas relaciones que son para siempre con la persona que quieres a tu lado. Sé que hoy en día eso parece una utopía, pero me gusta soñar con esa idea.
Aunque no necesariamente todo tiene que ser bonito. Podrías tener un accidente de esos que ocurren a cada rato en una carretera y pasar ocho años de tu vida intentando recuperarte del golpe.
En todo este tiempo un gobernante habría podido cambiar una ciudad o un país si lo deseara. Ocho años pueden servir para que la gente aprenda a querer un poco más a su pueblo y poco a poco las cosas empiecen a funcionar.
Pueden comenzar guerras y terminar con centenares o miles de muertos, poblaciones destrozadas y heridas imposibles de cicatrizar. Aunque también es posible que ese tiempo sirva para consolidar la unión entre mucha gente que antes parecía no poder escucharse.
En todo este tiempo pueden ocurrir catástrofes ecológicas, y los seres humanos podríamos acabar con ecosistemas enteros con solo ocasionar un accidente con un tanquero petrolero. De hecho, acabar con el planeta no nos costaría nada, a excepción de nuestra propia vida, y no se necesitan los ocho años para lograrlo.
Podría dejarme crecer el cabello muy largo, quien sabe si me llegue hasta la espalda. De ahora en adelante exigiré que no me lo corten, no quiero que me sigan afeitando la cabeza al rape.
Hoy cumplo ocho años en este infierno blanco. Seguro que allá, afuera, pasaron muchas cosas. Yo estoy condenado a no saber.
______________________________
Actualización: Silmariat nos regaló esta canción, y aquí se las dejo...
En 8 años puedes comenzar y terminar una carrera universitaria, conseguir empleo y forjarte una carrera, ganar un sueldo o hasta montar tu propio negocio.
8 años pueden servir también para conocer el mundo, viajando si puedes, o simplemente a través de toda la información que decidas tener a través de todos los medios a tu disposición. Quizás no sea tan emocionante, pero seguramente puede ser enriquecedor.
También puedes decidir enamorarte, puede ocurrir que conozcas a la mujer de tu vida, y en ocho años, puedes forjar una relación sólida, una de esas relaciones que son para siempre con la persona que quieres a tu lado. Sé que hoy en día eso parece una utopía, pero me gusta soñar con esa idea.
Aunque no necesariamente todo tiene que ser bonito. Podrías tener un accidente de esos que ocurren a cada rato en una carretera y pasar ocho años de tu vida intentando recuperarte del golpe.
En todo este tiempo un gobernante habría podido cambiar una ciudad o un país si lo deseara. Ocho años pueden servir para que la gente aprenda a querer un poco más a su pueblo y poco a poco las cosas empiecen a funcionar.
Pueden comenzar guerras y terminar con centenares o miles de muertos, poblaciones destrozadas y heridas imposibles de cicatrizar. Aunque también es posible que ese tiempo sirva para consolidar la unión entre mucha gente que antes parecía no poder escucharse.
En todo este tiempo pueden ocurrir catástrofes ecológicas, y los seres humanos podríamos acabar con ecosistemas enteros con solo ocasionar un accidente con un tanquero petrolero. De hecho, acabar con el planeta no nos costaría nada, a excepción de nuestra propia vida, y no se necesitan los ocho años para lograrlo.
Podría dejarme crecer el cabello muy largo, quien sabe si me llegue hasta la espalda. De ahora en adelante exigiré que no me lo corten, no quiero que me sigan afeitando la cabeza al rape.
Hoy cumplo ocho años en este infierno blanco. Seguro que allá, afuera, pasaron muchas cosas. Yo estoy condenado a no saber.
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Actualización: Silmariat nos regaló esta canción, y aquí se las dejo...
24 de septiembre de 2006
Lágrima
- Hola.
El silencio se hizo.
- ¿Qué te pasa?
Una lágrima apareció de repente rodando rápidamente por la mejilla, pero su mano no permitió que la gota tocara al suelo.
Él no vio la lágrima, pero pudo asumir que estaba allí.
- ¿Qué tienes, amor?
Ahí estaba ella, la dichosa palabrita.
Él se acerco a abrazarla.
- No des un paso más, no lo soportaría.
- Pero...
- Pero nada. No pasa nada... O mejor dicho, entre tú y yo no pasa nada.
- ¿Pero qué es lo que pasa?
Ella no se alteró.
- ¿Que qué es lo que pasa? ¿Esa es tu pregunta? A ver, qué es lo que pasa. Déjame ver por dónde puedo comenzar a decirte qué es lo que pasa desde hace 12 años para acá. Aunque pensándolo mejor, estoy segura de que tú podrías tener más clara la lista.
Él palideció y su mirada se fue instintivamente al piso.
- Me siento como una estúpida.
Ya no sabía si valía la pena decirle, o simplemente acabar con todo.
Él intentó hacerse el fuerte por un momento.
- ¿Pero se puede saber de qué carajo estas hablando?
- ¿Es que todavía no lo sabes? Bueno, te voy a dar una pista, a ver si te ayudo a expandir tu memoria: Ella vino hoy a presentarme a Luisito. Igualito a ti, por cierto, no puedes ni negarlo. ¿Necesitas más datos?
De nuevo hubo silencio. Otra lágrima apareció y desapareció igual que la primera.
- Ahora que lo sabes, fíjate lo que vamos a hacer. Aquí está la maleta, la única maleta que te vas a llevar de esta casa. Lo único de lo que no me duele deshacerme. Entonces, agarras tu maleta y te vas. Y ya está. Y listo. Y en todo caso, ya yo veré como hago para no sentir que estas dos décadas contigo no valieron la pena.
Él levantó por un instante la cabeza.
- Pero...
- Ni se te ocurra decir nada. Ahora no. Hoy no.
Él tomó la maleta sin levantar la mirada. Como en cámara lenta, caminó hasta la puerta y la cerró tras de sí, seguro de que no era solo una puerta la que se cerraba.
Ella dejó que las lágrimas, ahora sí, llegaran al suelo.
Ella estaba acostada en su cama, orgullosamente desnuda. Pensaba en él y en el hijo que le había ocultado.
- ¿Crees que regrese?- Le preguntó una voz masculina desde el baño.
- No lo creo-, dijo ella.
Él se acercó a la cama y la besó tiernamente.
El silencio se hizo.
- ¿Qué te pasa?
Una lágrima apareció de repente rodando rápidamente por la mejilla, pero su mano no permitió que la gota tocara al suelo.
Él no vio la lágrima, pero pudo asumir que estaba allí.
- ¿Qué tienes, amor?
Ahí estaba ella, la dichosa palabrita.
Él se acerco a abrazarla.
- No des un paso más, no lo soportaría.
- Pero...
- Pero nada. No pasa nada... O mejor dicho, entre tú y yo no pasa nada.
- ¿Pero qué es lo que pasa?
Ella no se alteró.
- ¿Que qué es lo que pasa? ¿Esa es tu pregunta? A ver, qué es lo que pasa. Déjame ver por dónde puedo comenzar a decirte qué es lo que pasa desde hace 12 años para acá. Aunque pensándolo mejor, estoy segura de que tú podrías tener más clara la lista.
Él palideció y su mirada se fue instintivamente al piso.
- Me siento como una estúpida.
Ya no sabía si valía la pena decirle, o simplemente acabar con todo.
Él intentó hacerse el fuerte por un momento.
- ¿Pero se puede saber de qué carajo estas hablando?
- ¿Es que todavía no lo sabes? Bueno, te voy a dar una pista, a ver si te ayudo a expandir tu memoria: Ella vino hoy a presentarme a Luisito. Igualito a ti, por cierto, no puedes ni negarlo. ¿Necesitas más datos?
De nuevo hubo silencio. Otra lágrima apareció y desapareció igual que la primera.
- Ahora que lo sabes, fíjate lo que vamos a hacer. Aquí está la maleta, la única maleta que te vas a llevar de esta casa. Lo único de lo que no me duele deshacerme. Entonces, agarras tu maleta y te vas. Y ya está. Y listo. Y en todo caso, ya yo veré como hago para no sentir que estas dos décadas contigo no valieron la pena.
Él levantó por un instante la cabeza.
- Pero...
- Ni se te ocurra decir nada. Ahora no. Hoy no.
Él tomó la maleta sin levantar la mirada. Como en cámara lenta, caminó hasta la puerta y la cerró tras de sí, seguro de que no era solo una puerta la que se cerraba.
Ella dejó que las lágrimas, ahora sí, llegaran al suelo.
Ella estaba acostada en su cama, orgullosamente desnuda. Pensaba en él y en el hijo que le había ocultado.
- ¿Crees que regrese?- Le preguntó una voz masculina desde el baño.
- No lo creo-, dijo ella.
Él se acercó a la cama y la besó tiernamente.
10 de septiembre de 2006
Revueltos
- ¿Los quieres fritos o revueltos?
- ¿Qué cosa?
- ¿Cómo que qué cosa? ¿Qué otra cosa podría ser frita o revuelta a esta hora?
- ¿Los huevos? Fritos.
Mientras le freía los huevos, no podía dejar de pensar que ella estaba un poco rara. En más de una oportunidad durante la última semana la había encontrado con la mirada perdida, viendo quien sabe qué, y lo que es peor, pensando quien sabe qué.
- Cielo...
- ¿Ah?
- ¿Qué te pasa?
- ¿A mí?
- Sí...
- ¿A mí?... Nada.
- ¿En serio?
- Sí, sí... todo está bien.
Ella se terminó de comer el desayuno sin mucho apetito, casi por obligación. Él había preparado un jugo de naranja que estaba muy bueno, pero que ella apenas había probado.
Poco después se despidieron en el estacionamiento. Ella estaba perfecta en su traje sastre, como siempre, como la ejecutiva de publicidad a la que representaba en la oficina. Él también se veía muy bien en su traje gris hecho a la medida. Se besaron brevemente y prometieron verse al final del día.
Él recibió una llamada a su celular. Era de la clínica. Ella había tenido un accidente mientras iba a su trabajo, aunque no había sido nada grave. Él de inmediato se desvió de su camino y llamó a su trabajo, para informar de la situación.
Al llegar, ella estaba acostada en observación, con algunos golpes y otros rasguños. Tenía los ojos cerrados, pero no estaba dormida.
- Sr. Martínez.
- Sí, dígame, ¿cómo está mi esposa?
- Sr. Martínez, su esposa está en condición estable, el accidente no fue de gravedad.
- Gracias a Dios.
- En realidad, el problema no es ella. Lamento informarle que debido al accidente, el embarazo de su mujer quedó interrumpido y perdió al bebé.
- ¿Bebé? ¿Qué bebé?
Ella seguía con la mirada perdida. Él la tomaba de la mano, y la besaba tiernamente.
"Ya habrá tiempo, amor, todavía estamos a tiempo", le susurraba él al oído.
Pero ella no pensanba ni en el tiempo, ni en él.
_______________
El cuadro es del pintor venezolano Salas Dávila, y lleva por nombre "Las manos de la mirada perdida"
- ¿Qué cosa?
- ¿Cómo que qué cosa? ¿Qué otra cosa podría ser frita o revuelta a esta hora?
- ¿Los huevos? Fritos.
Mientras le freía los huevos, no podía dejar de pensar que ella estaba un poco rara. En más de una oportunidad durante la última semana la había encontrado con la mirada perdida, viendo quien sabe qué, y lo que es peor, pensando quien sabe qué.
- Cielo...
- ¿Ah?
- ¿Qué te pasa?
- ¿A mí?
- Sí...
- ¿A mí?... Nada.
- ¿En serio?
- Sí, sí... todo está bien.
Ella se terminó de comer el desayuno sin mucho apetito, casi por obligación. Él había preparado un jugo de naranja que estaba muy bueno, pero que ella apenas había probado.
Poco después se despidieron en el estacionamiento. Ella estaba perfecta en su traje sastre, como siempre, como la ejecutiva de publicidad a la que representaba en la oficina. Él también se veía muy bien en su traje gris hecho a la medida. Se besaron brevemente y prometieron verse al final del día.
Él recibió una llamada a su celular. Era de la clínica. Ella había tenido un accidente mientras iba a su trabajo, aunque no había sido nada grave. Él de inmediato se desvió de su camino y llamó a su trabajo, para informar de la situación.
Al llegar, ella estaba acostada en observación, con algunos golpes y otros rasguños. Tenía los ojos cerrados, pero no estaba dormida.
- Sr. Martínez.
- Sí, dígame, ¿cómo está mi esposa?
- Sr. Martínez, su esposa está en condición estable, el accidente no fue de gravedad.
- Gracias a Dios.
- En realidad, el problema no es ella. Lamento informarle que debido al accidente, el embarazo de su mujer quedó interrumpido y perdió al bebé.
- ¿Bebé? ¿Qué bebé?
Ella seguía con la mirada perdida. Él la tomaba de la mano, y la besaba tiernamente.
"Ya habrá tiempo, amor, todavía estamos a tiempo", le susurraba él al oído.
Pero ella no pensanba ni en el tiempo, ni en él.
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El cuadro es del pintor venezolano Salas Dávila, y lleva por nombre "Las manos de la mirada perdida"
6 de septiembre de 2006
Irreconciliables
Un buen día, Micaela decidió que cambiaría su vida.
Micaela siempre fue una niña bien. Sus padres eran profesionales trabajadores, que sabían invertir su dinero y ahorrar, por lo que a ella nunca le faltó nada. Vivió en una apartamento cómodo, sin ser ostentoso. Estudió en un colegio privado, hizo deportes, teatro. Sus padres le enseñaron desde muy pequeña el valor de la modestia y de evitar los excesos: Se vestía bien, pero no necesariamente con ropa de marca o costosa. Sus juguetes eran como los de cualquier niña, nunca tuvo los mejores juguetes ni los que estaban de moda.
Así que Micaela creció tratando de darle el justo lugar a cada cosa, sin ser presumida, antipática o fastidiosa solo porque sus padres tenían el dinero necesario para considerarse una pequeña princesa.
Justo por eso, ya terminando la universidad, mientras estudiaba arquitectura -la profesión de su papá-, conoció a Jesús, un chico un poco desarreglado, distraído, que estudiaba Letras también en la universidad. Jesús tenía su encanto, basado en una verborrea fantástica, hablando de escritores, poetas, artistas. Su sensibilidad siempre estaba a flor de piel.
Jesús vio a su pequeña princesa y se enamoró. Micaela no estaba demasiado convencida, pero poco a poco se fue dejando seducir con las palabras de Jesús, quien la consentía como mejor podía: llenando su corazón con las notas dulces de su verbo. Y ella, como abeja a la miel, fue enamorándose poquito a poco.
Ya cerca de la graduación de ella, fue él quien se atrevió a dar el paso, y le propuso matrimonio. Para Micaela, la corta edad (ambos no llegaban a los 25 años) y las diferencias sociales (Jesús no tuvo la suerte de vivir como ella vivió) no eran obstáculo para el amor, por lo que aceptó de inmediato.
Muy poco tiempo después, en casa de Micaela, se escuchaba un grito ahogado. Ellos no estaban de acuerdo con lo que haría su hija, casándose con este muchacho bohemio, pobre y con poco futuro. Pero ella insistió. Fue la primera vez que tuvo una discusión así con sus padres.
Se fugaron.
Tres años después, Micaela estaba segura de que todo había terminado. La verborrea de Jesús ya no era la misma. Él ya no era el mismo, y ella tampoco. Y el amor se había desvanecido de la misma forma como había llegado: poquito a poco.
Un buen día, Micaela decidió que cambiaría su vida. "Diferencias irreconciliables", lo llaman.
Micaela siempre fue una niña bien. Sus padres eran profesionales trabajadores, que sabían invertir su dinero y ahorrar, por lo que a ella nunca le faltó nada. Vivió en una apartamento cómodo, sin ser ostentoso. Estudió en un colegio privado, hizo deportes, teatro. Sus padres le enseñaron desde muy pequeña el valor de la modestia y de evitar los excesos: Se vestía bien, pero no necesariamente con ropa de marca o costosa. Sus juguetes eran como los de cualquier niña, nunca tuvo los mejores juguetes ni los que estaban de moda.
Así que Micaela creció tratando de darle el justo lugar a cada cosa, sin ser presumida, antipática o fastidiosa solo porque sus padres tenían el dinero necesario para considerarse una pequeña princesa.
Justo por eso, ya terminando la universidad, mientras estudiaba arquitectura -la profesión de su papá-, conoció a Jesús, un chico un poco desarreglado, distraído, que estudiaba Letras también en la universidad. Jesús tenía su encanto, basado en una verborrea fantástica, hablando de escritores, poetas, artistas. Su sensibilidad siempre estaba a flor de piel.
Jesús vio a su pequeña princesa y se enamoró. Micaela no estaba demasiado convencida, pero poco a poco se fue dejando seducir con las palabras de Jesús, quien la consentía como mejor podía: llenando su corazón con las notas dulces de su verbo. Y ella, como abeja a la miel, fue enamorándose poquito a poco.
Ya cerca de la graduación de ella, fue él quien se atrevió a dar el paso, y le propuso matrimonio. Para Micaela, la corta edad (ambos no llegaban a los 25 años) y las diferencias sociales (Jesús no tuvo la suerte de vivir como ella vivió) no eran obstáculo para el amor, por lo que aceptó de inmediato.
Muy poco tiempo después, en casa de Micaela, se escuchaba un grito ahogado. Ellos no estaban de acuerdo con lo que haría su hija, casándose con este muchacho bohemio, pobre y con poco futuro. Pero ella insistió. Fue la primera vez que tuvo una discusión así con sus padres.
Se fugaron.
Tres años después, Micaela estaba segura de que todo había terminado. La verborrea de Jesús ya no era la misma. Él ya no era el mismo, y ella tampoco. Y el amor se había desvanecido de la misma forma como había llegado: poquito a poco.
Un buen día, Micaela decidió que cambiaría su vida. "Diferencias irreconciliables", lo llaman.
31 de agosto de 2006
Blogday 2006
Antes de comenzar con los cinco blogs debo decir que no fue gracias a Veneblogs que logré hacer esta lista. Quiero creer que el portal estaba bastante atareado con esto del "Día del Blog" y que por ello me fue imposible recomendar páginas venezolanas listadas allí...
El método que seguí fue el siguiente: en la esquina superior derecha de mi blog hay un botón que dice "Next Blog". Le dí con el botón derecho a "Abrir vínculo en página nueva" a ver qué me deparaba el destino. Cuando llegué a cinco páginas que me gustaran, me detuve.
He aquí el resultado de la navegación:
1. The Bath: Una colección interesantísima de fotos relacionadas con el muy sano, divertido y relajante hábito de bañarse. Me gustó sobre todo por lo original de la temática (¿a quién se le ocurre?), y por la calidad de las fotos.
2. Mi diario de dieta: Una chica brasilera nos reseña con lujo de detalles no solo sus aventuras y desventuras diarias, sino que además usa unas cuantas herramientas para decirnos qué tan bien le va con su dieta. Impresionante el registro que lleva de algunos datos que me hacen pensar que Mónica está algo "obsesionada" con su peso.
3. Ligeia: Un lugar de cuentos oscuros, góticos, protagonizados por una mujer llamada Ligeia. Los relatos son algo extraños: trata los temas góticos con un tono más bien cotidiano y natural. Me gustan las ilustraciones.
4. Feminary: Voy a intentar traducir literalmente lo que dice la presentación del blog y entenderán por qué me parece que sería muy interesante leer lo que dice esta mujer: "¿Qué pasa cuando una mujer socialmente liberal, teológicamente confundida, inclusiva, tolerante y feminista episcopaliana va a uno de los seminarios evangélicos más importantes del mundo? Vamos a averiguarlo...? Solo la descripción de esa personalidad es como para detenerse un momento y aceptar la invitación.
5. El Estudio de Rachel: Esta página seguro que le gusta a Câline, por eso la posteo. Me parece que esta es una mujer con talento, me gusta lo que pinta y por eso lo coloco por acá.
De los dos últimos no pude colocar foto porque ustedes ya saben como se porta blogger a veces. Por otro lado, este post me dio más trabajo de lo que creía, la verdad es que la blogósfera es enorme, la variedad infinita, y por tanto, la selección no se hace nada sencilla.
Estimados, ¡que pasen un feliz día del blog!
Besos y abrazos a quien corresponda.
El método que seguí fue el siguiente: en la esquina superior derecha de mi blog hay un botón que dice "Next Blog". Le dí con el botón derecho a "Abrir vínculo en página nueva" a ver qué me deparaba el destino. Cuando llegué a cinco páginas que me gustaran, me detuve.
He aquí el resultado de la navegación:
1. The Bath: Una colección interesantísima de fotos relacionadas con el muy sano, divertido y relajante hábito de bañarse. Me gustó sobre todo por lo original de la temática (¿a quién se le ocurre?), y por la calidad de las fotos.
2. Mi diario de dieta: Una chica brasilera nos reseña con lujo de detalles no solo sus aventuras y desventuras diarias, sino que además usa unas cuantas herramientas para decirnos qué tan bien le va con su dieta. Impresionante el registro que lleva de algunos datos que me hacen pensar que Mónica está algo "obsesionada" con su peso.
3. Ligeia: Un lugar de cuentos oscuros, góticos, protagonizados por una mujer llamada Ligeia. Los relatos son algo extraños: trata los temas góticos con un tono más bien cotidiano y natural. Me gustan las ilustraciones.
4. Feminary: Voy a intentar traducir literalmente lo que dice la presentación del blog y entenderán por qué me parece que sería muy interesante leer lo que dice esta mujer: "¿Qué pasa cuando una mujer socialmente liberal, teológicamente confundida, inclusiva, tolerante y feminista episcopaliana va a uno de los seminarios evangélicos más importantes del mundo? Vamos a averiguarlo...? Solo la descripción de esa personalidad es como para detenerse un momento y aceptar la invitación.
5. El Estudio de Rachel: Esta página seguro que le gusta a Câline, por eso la posteo. Me parece que esta es una mujer con talento, me gusta lo que pinta y por eso lo coloco por acá.
De los dos últimos no pude colocar foto porque ustedes ya saben como se porta blogger a veces. Por otro lado, este post me dio más trabajo de lo que creía, la verdad es que la blogósfera es enorme, la variedad infinita, y por tanto, la selección no se hace nada sencilla.
Estimados, ¡que pasen un feliz día del blog!
Besos y abrazos a quien corresponda.
El Día del Blog
Esta iniciativa me parece realmente interesante, considerando además la acogida que ha tenido en la blogósfera. Resulta que hoy, 31 de agosto, es el "Día del Blog", de lo cual me estoy enterando en este momento. La idea es que, al menos por un día, visitemos otros blogs distintos a los que normalmente visitamos y consideramos nuestros favoritos.
La forma de celebrarla es la siguiente: cada uno debe postear un texto en el que liste al menos 5 blogs que les parezcan interesantes, diferentes, divertidos, originales... o cualquier otra razón por la cual consideren que vale la pena visitar el blog. Lo ideal sería crear el vínculo hacia ese blog y colocar una breve reseña del mismo.
Finalmente, el post debe tener como título "blogday2006", de modo que al colocarlo en los buscadores, todos podamos encontrar los posts escritos por cada uno de los participantes.
Lo ideal es que naveguemos un rato, de modo de encontrar esas páginas extrañas que, de no ser por esta oportunidad, no habríamos encontrado. Es un día para que todos circulemos, viajemos por la blogósfera, y nos contemos sobre algunas de esas casas que pudimos visitar hoy.
La iniciativa partió de un bloguero israelí, llamado Nir Ofir, y el año pasado tuvo bastante éxito. Este año se repite, y creo que no es una mala idea unirse a una idea como esta.
Así que espero poder publicar hoy mi lista de blogs. Ojalá ustedes decidan hacer lo mismo.
La página oficial del evento es: www.blogday.org.
Besos y abrazos a quien corresponda.
________________________
El cuadro se llama "Celebration", de la artista plástica Judith Anton.
La forma de celebrarla es la siguiente: cada uno debe postear un texto en el que liste al menos 5 blogs que les parezcan interesantes, diferentes, divertidos, originales... o cualquier otra razón por la cual consideren que vale la pena visitar el blog. Lo ideal sería crear el vínculo hacia ese blog y colocar una breve reseña del mismo.
Finalmente, el post debe tener como título "blogday2006", de modo que al colocarlo en los buscadores, todos podamos encontrar los posts escritos por cada uno de los participantes.
Lo ideal es que naveguemos un rato, de modo de encontrar esas páginas extrañas que, de no ser por esta oportunidad, no habríamos encontrado. Es un día para que todos circulemos, viajemos por la blogósfera, y nos contemos sobre algunas de esas casas que pudimos visitar hoy.
La iniciativa partió de un bloguero israelí, llamado Nir Ofir, y el año pasado tuvo bastante éxito. Este año se repite, y creo que no es una mala idea unirse a una idea como esta.
Así que espero poder publicar hoy mi lista de blogs. Ojalá ustedes decidan hacer lo mismo.
La página oficial del evento es: www.blogday.org.
Besos y abrazos a quien corresponda.
________________________
El cuadro se llama "Celebration", de la artista plástica Judith Anton.
29 de agosto de 2006
La boda
Alberto conoció a Gemma en la cola de un cine. No fue amor a primera vista, pero la atracción fue evidente. Ella compraba cotufas; él, un perro caliente. Ambos salían al mismo tiempo y tropezaron. Él terminó con el perro caliente en la camisa y ella bañada en cotufas saladas. Con una sonrisa y miles de disculpas, acordaron ver la película juntos, dejando de lado a sus correspondientes amigos y amigas, que no dejaron de comentar el incidente.
Tenían cosas en común, una muy particular: ambos tenían hermanos gemelos idénticos. Él había nacido primero que Alfredo. Ella había nacido después de Cristina. Así que no faltó mucho para que ambos conocieran a sus respectivos clones, y tampoco pasó demasiado tiempo para que los clones se conocieran entre sí.
Y por esas cosas extrañas de la vida, esas cosas que hace la vida como por diversión, Alfredo y Cristina también comenzaron a salir.
Se divertían pensando en la posibilidad de que algo así pudiera dar resultado. Hermanos y hermanas eran el centro de atención de las reuniones, las navidades y años nuevos, los cumpleaños y los aniversarios de boda de sus padres. Todos tenían que ver con esa dichosa casualidad: Alberto y Gemma, Alfredo y Cristina.
Y la casualidad se fue haciendo cada vez más grande, hasta que un buen día, familiares y amigos celebraron juntos la llegada de una tarjeta de bodas en la que se les invitaba a participar de una doble ceremonia.
Llegó el día, los novios en el altar esperaban a sus novias, que llegaban en una sola limosina, vestidas con el mismo traje. Hasta el cura se confundía al momento de dirigirse a las parejas, tal era el parecido entre ambas.´Fue una ceremonia maravillosa.
Todo salió a pedir de boca. Durante la recepción en la sala de banquetes del hotel, todos disfrutaron, bebieron, comieron, bailaron. La felicidad rebosaba por todas partes, como una cascada de agua fresca.
Cuando Alfredo le pidió a su mujer que se fueran de allí, ya ella -y él, aunque le costara reconocerlo-, estaba un poco fuera de sí. Tanta alegría, tanto alboroto, tanta champaña, se les habían subido a la cabeza. Así que sin pensarlo mucho, se montaron en el ascensor y se fueron, un poco omnubilados, al cuarto reservado para ellos.
Alberto salió de la recepción junto a su nueva esposa justo detrás.
Esa noche, el amor se hizo sentir en ambas habitaciones.
Cristina abrió los ojos, aun somnolienta, disfrutando de la comodidad de la cama y de la tenue luz que inundaba la habitación. Ya era media mañana, tenía hambre. Su marido estaba en el baño.
- Amor...
- Dime, mi vida...
- ¿Pedimos algo de desayunar al cuarto?
- Claro, Gemma, lo que tu quieras.
Ella abrió los ojos enormes.
- ¿Gemma?
En ese momento, el sueño se le espantó, casi para siempre.
Poco después, en una habitación cercana, el grito de Gemma ante el descubrimiento hacía retumbar las paredes.
24 de agosto de 2006
The "Conde" Affair
No es que Benjamín Rausseo, mejor conocido como "El Conde del Guácharo" y ahora candidato presidencial tenga algún amorío escondido, o negocios sucios encubiertos (ninguna de las dos me consta, el asunto es que no voy a hablar de eso).
La cosa es que desde un primer momento, toda esta alharaca de la candidatura del oriundo de Musipán nos ha puesto de cabeza a todos los venezolanos.
Por supuesto, la primera impresión que me dio el anuncio fue de chiste. Una excelente jugada de mercadeo. Después, comenzaron los rumores: Es una forma de dividir a la oposición, la campaña se la está pagando el mismísimo presidente Hugo Chávez, etc. Y finalmente, llega al CNE acompañado de un montón de motorizados a formalizar una candidatura que ni siquiera Roberto Smith terminó por encarar, por lo que algunos medios terminaron diciendo que "la cosa del Conde va en serio".
Conversandito con la gente de la oficina, me preguntaba cuáles eran las oportunidades reales de Benjamín, tomando en cuenta su competencia con Rosales. Es decir, finalmente, hacia dónde podría decantarse el tema de la candidatura única suponiendo que en Noviembre las encuestas favorezcan a alguno de ellos. Y de algún modo me impresionó el resultado de la cháchara.
Fíjense. La única gran tarea de Benjamín Rausseo para el próximo mes y medio es convencer a los venezolanos de dos cosas: 1. Que "El Conde del Guácharo" es un personaje y que Benjamín Rausseo es un tipo que hace gala de muy buen humor. 2. Que tiene una idea bastante coherente de para dónde quiere llevar al país.
Honestamente, creo que ambas metas se pueden alcanzar de una manera bastante rápida, con un buen trabajo de comunicación mediante, y con la presentación de un equipo de trabajo que luzca creíble y serio. Porque de lo que no tiene que convencernos es de que es un tipo exitoso, popular e inmaculado políticamente hablando. Y como si fuera poco, estoy convencido de que, en un debate, Chávez sería feliz comiéndose vivo a Rosales, pero le tendría mucho miedo a vérselas con el Conde. Bien preparado, el Conde puede arrebatarle buena parte de su "encanto" hacia el pueblo, todo a punta de carisma y buen humor.
Mientras tanto, Manuel Rosales comienza a cojear de casi todos esos flancos: Es un hijo dilecto de la vieja política adeca. Su obra de gobierno, aunque buena, es descrita como una copia de las acciones de Chávez a nivel nacional y todavía le cuesta superar problemas como inseguridad y pobreza (los problemas de los que la gente más se queja). Recordemos que el Zulia, aunque Maracaibo esté muy bonita, tiene al Municipio Mara como el de más alto índice de mortalidad infantil en Venezuela, por ejemplo. Su popularidad se basa en la desesperación de la oposición extrema que necesita de un candidato "serio" ("porque no queda de otra", dicen muchos). Y finalmente, lo que tiene alrededor es justamente un grupo de gente que, ellos solos, no tenían ningún tipo de arrastre; y acompañados, tampoco generan demasiado ánimo: Borges, Petkoff, Smith, Ojeda, Sosa, Calderón, algunas filas disidentes adecas, toda la vieja guardia de los partidos tradicionales, pues. (¿Recuerdan lo que le pasó a Irene?)
Entonces, la cosa es: ¿Será que con un discurso coherente y un equipo de gente calificada, Benjamín logra quitarse de encima la jodedera para demostrar que sí puede? ¿Será capaz de bajar del coroto a Rosales?
Porque si les soy honesto, yo soy de los que veo a Rosales y me pregunto: "¿Será?". Por supuesto, tampoco estoy convencido con el Conde, pero ya Rausseo me luce algo más que un chiste.
El primer avance de la Visión País de Rausseo lo pueden leer aquí. Ojo: yo todavía no he tenido tiempo de leerlo, pero estoy buscando un tiempito para revisarlo... ¿Dónde consigo un documento así que esté refrendado abajo por el Gobernador del Zulia?
Besos y abrazos a quien corresponda...
La cosa es que desde un primer momento, toda esta alharaca de la candidatura del oriundo de Musipán nos ha puesto de cabeza a todos los venezolanos.
Por supuesto, la primera impresión que me dio el anuncio fue de chiste. Una excelente jugada de mercadeo. Después, comenzaron los rumores: Es una forma de dividir a la oposición, la campaña se la está pagando el mismísimo presidente Hugo Chávez, etc. Y finalmente, llega al CNE acompañado de un montón de motorizados a formalizar una candidatura que ni siquiera Roberto Smith terminó por encarar, por lo que algunos medios terminaron diciendo que "la cosa del Conde va en serio".
Conversandito con la gente de la oficina, me preguntaba cuáles eran las oportunidades reales de Benjamín, tomando en cuenta su competencia con Rosales. Es decir, finalmente, hacia dónde podría decantarse el tema de la candidatura única suponiendo que en Noviembre las encuestas favorezcan a alguno de ellos. Y de algún modo me impresionó el resultado de la cháchara.
Fíjense. La única gran tarea de Benjamín Rausseo para el próximo mes y medio es convencer a los venezolanos de dos cosas: 1. Que "El Conde del Guácharo" es un personaje y que Benjamín Rausseo es un tipo que hace gala de muy buen humor. 2. Que tiene una idea bastante coherente de para dónde quiere llevar al país.
Honestamente, creo que ambas metas se pueden alcanzar de una manera bastante rápida, con un buen trabajo de comunicación mediante, y con la presentación de un equipo de trabajo que luzca creíble y serio. Porque de lo que no tiene que convencernos es de que es un tipo exitoso, popular e inmaculado políticamente hablando. Y como si fuera poco, estoy convencido de que, en un debate, Chávez sería feliz comiéndose vivo a Rosales, pero le tendría mucho miedo a vérselas con el Conde. Bien preparado, el Conde puede arrebatarle buena parte de su "encanto" hacia el pueblo, todo a punta de carisma y buen humor.
Mientras tanto, Manuel Rosales comienza a cojear de casi todos esos flancos: Es un hijo dilecto de la vieja política adeca. Su obra de gobierno, aunque buena, es descrita como una copia de las acciones de Chávez a nivel nacional y todavía le cuesta superar problemas como inseguridad y pobreza (los problemas de los que la gente más se queja). Recordemos que el Zulia, aunque Maracaibo esté muy bonita, tiene al Municipio Mara como el de más alto índice de mortalidad infantil en Venezuela, por ejemplo. Su popularidad se basa en la desesperación de la oposición extrema que necesita de un candidato "serio" ("porque no queda de otra", dicen muchos). Y finalmente, lo que tiene alrededor es justamente un grupo de gente que, ellos solos, no tenían ningún tipo de arrastre; y acompañados, tampoco generan demasiado ánimo: Borges, Petkoff, Smith, Ojeda, Sosa, Calderón, algunas filas disidentes adecas, toda la vieja guardia de los partidos tradicionales, pues. (¿Recuerdan lo que le pasó a Irene?)
Entonces, la cosa es: ¿Será que con un discurso coherente y un equipo de gente calificada, Benjamín logra quitarse de encima la jodedera para demostrar que sí puede? ¿Será capaz de bajar del coroto a Rosales?
Porque si les soy honesto, yo soy de los que veo a Rosales y me pregunto: "¿Será?". Por supuesto, tampoco estoy convencido con el Conde, pero ya Rausseo me luce algo más que un chiste.
El primer avance de la Visión País de Rausseo lo pueden leer aquí. Ojo: yo todavía no he tenido tiempo de leerlo, pero estoy buscando un tiempito para revisarlo... ¿Dónde consigo un documento así que esté refrendado abajo por el Gobernador del Zulia?
Besos y abrazos a quien corresponda...
22 de agosto de 2006
¿Que por qué te quiero?
Hoy salió en el diario "El Universal" un artículo titulado "El mal de amores es un problema de salud pública" que me llamó poderosamente la atención. Walter Riso es el autor de un libro llamado "Los límites del amor. Hasta dónde amarte sin renunciar a lo que soy". El autor, experto en "dependencia emocional" explica que el amor irracional es un factor de riesgo para que se presenten casos de violencia intrafamiliar, la depresión y la ansiedad.
Luego de leer el artículo, recordé la canción que cantaba Carlos Mata y que sirvió de tema principal para la telenovela "Topacio", quizás una de las más exitosas de todos los tiempos (Grecia Colmenares pasó a la historia en su rol de cieguita inocente, Victor Cámara vivía sus mejores momentos de galán que rescata a su damisela en peligro, y su hermano Carlos conquistaba a la audiencia en su rol del amigo de Topacio, Cirilo, que era un poco lento).
La razón por la que me acordé del tema es que se hace la pregunta que normalmente las parejas NO se hacen: "¿por qué te quiero?" Y en el caso de que se lo pregunten, entonces las respuestas suelen ser absolutamente edulcoradas, kitsch, inocentonas, cursis o ridículas. La respuesta a esa interrogante rara vez proviene de la meditación profunda, del análisis racional, porque se supone que "sobre el amor no hay quien mande". Una cosa es la razón y otra la pasión. Y entonces, nos dejamos vejar o humillar "por amor", "porque es que él me ama así".
La canción es un claro ejemplo.
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¿Que por qué te quiero?
Porque aún yo siento
Ese primer beso
Que me diste justo
Cuando era el momento.
Y a pesar del tiempo
Vuelvo y te confieso
Sigue siendo absurda
Tu pregunta necia
¿Que por qué te quiero?
¿Que por qué te quiero?
Son mil cosas a la vez
Es estar contigo
Es buscar tu abrigo
Es un no se qué.
¿Que por qué te quiero?
Culpable es tu corazón
Inventaste un sueño
Donde soy tu dueño
Tu luna y tu sol.
¿Que por qué te quiero?
Son tantos motivos
Fui como tu cielo
Fui luz en tu sombra
Fui más que un amigo.
Conmigo supiste
Dominar tu miedo
Y con mi ternura
Pude demostrarte
Que por qué te quiero.
Que por qué te quiero...
No sé ustedes, pero creo que muchos deberíamos echarle una leída a ese libro, a ver si recuperamos un poquito de dignidad.
Besos y abrazos a quien corresponda...
Luego de leer el artículo, recordé la canción que cantaba Carlos Mata y que sirvió de tema principal para la telenovela "Topacio", quizás una de las más exitosas de todos los tiempos (Grecia Colmenares pasó a la historia en su rol de cieguita inocente, Victor Cámara vivía sus mejores momentos de galán que rescata a su damisela en peligro, y su hermano Carlos conquistaba a la audiencia en su rol del amigo de Topacio, Cirilo, que era un poco lento).
La razón por la que me acordé del tema es que se hace la pregunta que normalmente las parejas NO se hacen: "¿por qué te quiero?" Y en el caso de que se lo pregunten, entonces las respuestas suelen ser absolutamente edulcoradas, kitsch, inocentonas, cursis o ridículas. La respuesta a esa interrogante rara vez proviene de la meditación profunda, del análisis racional, porque se supone que "sobre el amor no hay quien mande". Una cosa es la razón y otra la pasión. Y entonces, nos dejamos vejar o humillar "por amor", "porque es que él me ama así".
La canción es un claro ejemplo.
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¿Que por qué te quiero?
Porque aún yo siento
Ese primer beso
Que me diste justo
Cuando era el momento.
Y a pesar del tiempo
Vuelvo y te confieso
Sigue siendo absurda
Tu pregunta necia
¿Que por qué te quiero?
¿Que por qué te quiero?
Son mil cosas a la vez
Es estar contigo
Es buscar tu abrigo
Es un no se qué.
¿Que por qué te quiero?
Culpable es tu corazón
Inventaste un sueño
Donde soy tu dueño
Tu luna y tu sol.
¿Que por qué te quiero?
Son tantos motivos
Fui como tu cielo
Fui luz en tu sombra
Fui más que un amigo.
Conmigo supiste
Dominar tu miedo
Y con mi ternura
Pude demostrarte
Que por qué te quiero.
Que por qué te quiero...
No sé ustedes, pero creo que muchos deberíamos echarle una leída a ese libro, a ver si recuperamos un poquito de dignidad.
Besos y abrazos a quien corresponda...
19 de agosto de 2006
El bombón del lazo rojo
Él esperaba. Solía ser un tipo paciente, comprensivo, de esos que no se altera. Pero esta vez la situación era distinta. Sentía que los nervios le recorrían todo el cuerpo. Él la esperaba en la puerta de su casa. Se había vestido para la ocasión, aunque intentó -en vano- que su atuendo no luciera desesperadamente adecuado, como si nunca hubiese tenido una cita.
Pasó un par de horas tratando de decidirse: flores o chocolates. Finalmente, se decantó por lo segundo: la primera opción le parecía terriblemente cursi y demasiado evidente para ser su estreno. Así que en la mano tenía un pequeño estuche coronado por un pequeño lazo rojo, que contenía un par de bombones (tampoco demasiados, para hacerle ver su interés por cuidar su salud y su figura).
También pensó en una carta. En algo que le permitiera expresarle lo que sentía por ella. Pero pensó que la apabullaría, y que probablemente sería un motivo para asustarla. Prefirió dejar las cartas y los poemas para después, cuando ella estuviera más clara de sus intenciones.
La invitó al cine y luego a comer algo. Ella había aceptado, pero siempre percibió un tono algo inseguro. Asumió que serían los nervios y el hecho de que seguramente la invitación la tomaría desprevenida. Ella era una chica acostumbrada a salir. El asunto es que nunca se imaginó que sería él quien la invitaría.
Ella quiso tomárselo con calma, casi como un juego. Pero algo le decía que esta no sería una cita cualquiera. Se miró una última vez en el espejo, pendiente de que todo estuviera perfecto. Salió del cuarto y lo vio parado al lado de la puerta, con la cajita de bombones y el lazo rojo, con su ropa bien arreglada, los zapatos limpios y bien peinado. Por eso los nervios.
- Hola.
- Hola. Estás preciosa.
Nunca se había sentido tan vacía. Después de tantos años, el hombre que la conquistó con los bombones del lazo rojo ya no estaba. Ella presintió que sería algo importante en su vida. Y lo fue. Dios sabe cuánto lo extrañará. Así como es el único que sabe cuándo lo volverá a ver.
Pasó un par de horas tratando de decidirse: flores o chocolates. Finalmente, se decantó por lo segundo: la primera opción le parecía terriblemente cursi y demasiado evidente para ser su estreno. Así que en la mano tenía un pequeño estuche coronado por un pequeño lazo rojo, que contenía un par de bombones (tampoco demasiados, para hacerle ver su interés por cuidar su salud y su figura).
También pensó en una carta. En algo que le permitiera expresarle lo que sentía por ella. Pero pensó que la apabullaría, y que probablemente sería un motivo para asustarla. Prefirió dejar las cartas y los poemas para después, cuando ella estuviera más clara de sus intenciones.
La invitó al cine y luego a comer algo. Ella había aceptado, pero siempre percibió un tono algo inseguro. Asumió que serían los nervios y el hecho de que seguramente la invitación la tomaría desprevenida. Ella era una chica acostumbrada a salir. El asunto es que nunca se imaginó que sería él quien la invitaría.
Ella quiso tomárselo con calma, casi como un juego. Pero algo le decía que esta no sería una cita cualquiera. Se miró una última vez en el espejo, pendiente de que todo estuviera perfecto. Salió del cuarto y lo vio parado al lado de la puerta, con la cajita de bombones y el lazo rojo, con su ropa bien arreglada, los zapatos limpios y bien peinado. Por eso los nervios.
- Hola.
- Hola. Estás preciosa.
Nunca se había sentido tan vacía. Después de tantos años, el hombre que la conquistó con los bombones del lazo rojo ya no estaba. Ella presintió que sería algo importante en su vida. Y lo fue. Dios sabe cuánto lo extrañará. Así como es el único que sabe cuándo lo volverá a ver.
17 de agosto de 2006
La casa estaba vacía
La casa estaba vacía. No había muebles, ni alfombras, ni cuadros, ni espejos. Todo había sido recogido, perfectamente embalado, inventariado y guardado.
Cada espacio, cada esquina, guardaba un momento. Y esos momentos también habían tenido la oportunidad de ser clasificados y atesorados en algún lugar del alma. Pero, a pesar del enorme inventario de recuerdos, el alma se sentía extrañamente vacía. Se había creado un espacio imposible de llenar. Como si la casa fuera muy grande y los muebles muy pequeños. O peor: quizás la casa ya no tenía paredes. Una explosión -una dolorosa explosión- había acabado con ellas.
Entonces, por momentos el tesoro parecía no tener sentido.
Pero no había perdido valor...
Simplemente, no había con quien compartirlo.
Todavía quedan en las paredes de la casa una leve sombra de los muebles que ya no están. Pero pronto una mano de pintura desvanecerá esa marca del pasado y todo se verá nuevo, como si nadie hubiera habitado esa casa. Nuevos habitantes ocuparán el lugar, y entonces todo será futuro.
________________________
La fotografía es tomada de Canteli Diseño Gráfico
Cada espacio, cada esquina, guardaba un momento. Y esos momentos también habían tenido la oportunidad de ser clasificados y atesorados en algún lugar del alma. Pero, a pesar del enorme inventario de recuerdos, el alma se sentía extrañamente vacía. Se había creado un espacio imposible de llenar. Como si la casa fuera muy grande y los muebles muy pequeños. O peor: quizás la casa ya no tenía paredes. Una explosión -una dolorosa explosión- había acabado con ellas.
Entonces, por momentos el tesoro parecía no tener sentido.
Pero no había perdido valor...
Simplemente, no había con quien compartirlo.
Todavía quedan en las paredes de la casa una leve sombra de los muebles que ya no están. Pero pronto una mano de pintura desvanecerá esa marca del pasado y todo se verá nuevo, como si nadie hubiera habitado esa casa. Nuevos habitantes ocuparán el lugar, y entonces todo será futuro.
________________________
La fotografía es tomada de Canteli Diseño Gráfico
14 de agosto de 2006
Vamos a darle
- ¿Acaso te volviste loco?
Esa era la pregunta que le movía los cimientos. Y lo era, porque la respuesta lo preocupaba más a él que a ella.
- No lo sé.
No se le había pasado por la cabeza, ni siquiera por la antecámara del cerebelo, esa posibilidad. Era la idea más remota. Al menos hasta hace dos segundos, cuando sin ton ni son, sin aviso ni protesto, soltó la perla.
- Quiero tener un hijo.
Y lo dijo así, sin anestesia. Y ella sintió que todo su cuerpo se paralizaba. El mundo comenzó a caminarle en cámara lenta, como si nada más tuviera sentido para ella sino ese instante en el que él, sorpresivamente, sin haber declarado la guerra, dejó caer la bomba de Hiroshima. Y ella siempre había querido pelear esa batalla.
- En serio, te volviste loco.
- No lo sé.
- ¿Pero por qué?
- Porque sí.
Ella se le acercó tiernamente y lo besó en los labios, un beso que resumía en instantes toda una vida. Se vieron a los ojos, y sus miradas humedecidas lo dijeron todo.
- Entonces vamos a darle de una vez-, dijo ella.
Y le dieron.
Esa era la pregunta que le movía los cimientos. Y lo era, porque la respuesta lo preocupaba más a él que a ella.
- No lo sé.
No se le había pasado por la cabeza, ni siquiera por la antecámara del cerebelo, esa posibilidad. Era la idea más remota. Al menos hasta hace dos segundos, cuando sin ton ni son, sin aviso ni protesto, soltó la perla.
- Quiero tener un hijo.
Y lo dijo así, sin anestesia. Y ella sintió que todo su cuerpo se paralizaba. El mundo comenzó a caminarle en cámara lenta, como si nada más tuviera sentido para ella sino ese instante en el que él, sorpresivamente, sin haber declarado la guerra, dejó caer la bomba de Hiroshima. Y ella siempre había querido pelear esa batalla.
- En serio, te volviste loco.
- No lo sé.
- ¿Pero por qué?
- Porque sí.
Ella se le acercó tiernamente y lo besó en los labios, un beso que resumía en instantes toda una vida. Se vieron a los ojos, y sus miradas humedecidas lo dijeron todo.
- Entonces vamos a darle de una vez-, dijo ella.
Y le dieron.
9 de agosto de 2006
Créanlo o no... esto es lo que hay
Benjamín Rausseo nació en 1961 en Musipán. Infancia dificil, su aspiración era salir en televisión pero tuvo que hacer primero de todo para subsistir. Se instaló en Caracas. Sacó bachillerato, y mientras atendía las mesas de un restaurant y manejaba un taxi, estudió Arte Dramático. El monólogo cómico "er Conde del Guácharo" era su tesis de grado. El personaje lo hizo famoso. Se hizo empresario, ahora estudia Derecho en la Universidad Santa María de Caracas.
Hugo Rafael Chávez Frías, nace en Sabaneta de Barinas el 28 de julio de 1954. Tiene 4 hijos. Es militar, con el grado de Teniente Coronel del Ejército. Encabezó el golpe de estado contra Carlos Andrés Pérez el 4 de febrero de 1992. Estuvo preso y la causa fue sobreseída por el presidente Rafael Caldera. A partir de ese momento, su carrera política fue en ascenso hasta convertirse en presidente de la república en 1998. Busca la reelección.
Manuel Antonio Rosales Guerrero nació el 12 de diciembre de 1952 en Santa Bárbara del Zulia, está casado y tiene 8 hijos. Es miembro fundador de la Universidad del Sur del Lago. Ha sido concejal, docente, diputado a la Asamblea Legislativa del Estado Zulia, Alcalde de Maracaibo y Gobernador del Estado Zulia. Fundó la organización política "Nuevo Tiempo".
____________________
¿Y ahora, para dónde agarramos?
Buena pregunta, ¿no?
Besos y abrazos a quien corresponda...
8 de agosto de 2006
¡Abajo los anticonceptivos!
Ando medio preocupado en estos días por aquello de que tenemos proyectos nuevos y ganas de crecer en el área de la animación para televisión. Es una preocupación que de vez en cuando me hace estallar la neura, y que a veces me da la impresión de que hay ciertos problemas de caracter estructural que no puedo enfrentar y que se interponen entre las metas y uno. Y en el caso de que se puedan enfrentar, entonces el asunto es que requiere de un esfuerzo y unos recursos mayúsculos que, en este momento, no tengo.
Y es ahí cuando, en medio de la neurosis, me pregunto por qué carajo viviré yo en un país tan chiquito. En un país con tan poquita gente. En Venezuela deberían prohibir el uso de los métodos anticonceptivos. Deberían ponernos a parir muchachos como locos. No importa la tendencia sexual, todo hombre debería preñar al menos a una mujer, aunque después ande viendo para otro lado, no importa. Tendría que ser una política de estado poblar este país, hacer crecer cada pueblo, cada caserío, cada ciudad, hasta que no quepa más nadie, y que de aquí a veinte años Caracas sea como Ciudad de México: un gentío que no sabe donde meterse. Que Maracaibo sea la Nueva Delhi del Caribe. Que Valencia y Caracas solo tengan al Parque Henry Pittier de por medio. Que Ciudad Guayana se parezca más a Nueva York que a Guasipati. Que Puerto La Cruz y Margarita se comuniquen por un puente y que a los lados del puente viva gente que vende empanadas.
Les juro que a veces me pregunto por qué vivimos en un país tan chiquito. Y lo pregunto, con la certeza de que uno de nuestros principales problemas como país es que el mercado es mínimo. Hay talento, pero somos tan poquitos que todos están ocupados haciendo quien sabe qué. Porque producimos poquito, pero tan poquito, que nuestros productos prácticamente no se exportan. En serio: para hacer crecer la economía de este país, lo que hay que hacer es "crecer y multiplicarnos".
¿Por qué la descarga? Todo surge de mi post anterior y del autor del dibujo que publiqué. Me puse a revisar el asunto (llegué a él por casualidad, estaba buscando algo bonito que tuviera que ver con los abrazos), y resulta que existe una Asociación de Ilustradores Profesionales de Valencia-España. Y nada más que en ese directorio hay por lo menos 100 ilustradores que son una maravilla. Que quisiera yo disponer de un directorio de 50 para llamarlos a ver si nos ayudan con la comiquita...
Pero no. Aquí todos están haciendo páginas web. Y como les pagan medianamente bien, pues cualquier otra cosa es un riesgo.
Los escritores, la misma cosa. Todos están haciendo telenovelas o tratando de sobrevivir escribiendo en alguna web chinchurria de "literatos" que leen unos pocos. Y mientras tanto, venden celulares en algún centro comercial.
¿Cómo hace uno para que la gente se arriesgue en este país, si a la hora de la chiquita, lo que uno produce lo va a consumir tan poca gente? Porque por eso es que digo que hay que multiplicarnos... Un programa de televisión en Venezuela, promedio, con buena audiencia, alcanzará el millón de personas a lo sumo. Más aún ahora, con la diversificación de la oferta a través del cable, los canales nacionales han visto mermada su participación en el mercado local.
Entonces, producir un programa de televisión puede ser bastante costoso, pero un canal no lo comprará ni de cerca a un precio que cubra los costos. Entonces, hay que comercializar. Conseguir anunciantes. Pero resulta que en un mercado tan pequeño como este, conseguir anunciantes es como pedir favores: no es realmente una inversión. Tienes que ser pana del pana del pana para que efectivamente el pana te "ayude" con una cuña.
¿Todo por qué? Porque somos un país de 25 millones de habitantes.
Entonces, no hay quien produzca y no hay quien compre.
En Estados Unidos, Europa, Asia, hay un gentío tan grande, que hay quien compre lo que sea y siempre será un buen negocio. Y por supuesto, mucha gente para producirlo. Nadie anda pariendo por ahí a un muchacho que sepa dibujar, o a alguien que sepa escribir. Siempre hay alguien.
Claro, hay negocios más lucrativos que otros, pero en todo caso, hay tanta gente que si uno saca a vender lo que sea, en un rato se deshace de eso -en mi pueblo hay un dicho que es muy cochino, que por eso no lo digo, pero tiene que ver cosas que se pueden vender en palito-.
Por eso es que Chávez tiene razón en una cosa -por si acaso, no soy chavista-: miremos al sur. Desde México hasta la Patagonia, hay un mercado enorme que debemos aprovechar. El tema de la integración es fundamental para expandir nuestros horizontes. Porque es obvio que no nos podemos poner a parir como acures. Además, no hay real para eso tampoco (ni que el gobierno se pudiera hacer cargo del muchachero).
Luego de la descarga, lo que necesito es gente talentosa, ilustradores con conocimientos de herramientas como Freehand o Illustrator. Que quieran embarcarse en la aventura de hacer comiquitas venezolanas. O escritores que siempre hayan querido crear sus propios superhéroes.
De los 25 millones, alguno debería haber por ahí, ¿no?
Besos y abrazos a quien corresponda...
P.S.: No estoy en contra de los anticonceptivos. Muy por el contrario, creo que no deben faltar en su hogar, automovil, cartera, bolso, maletín o cualquier otro adminículo que le permita hacer uso de él cuando le llegue el momento de estar más cerca...
Y es ahí cuando, en medio de la neurosis, me pregunto por qué carajo viviré yo en un país tan chiquito. En un país con tan poquita gente. En Venezuela deberían prohibir el uso de los métodos anticonceptivos. Deberían ponernos a parir muchachos como locos. No importa la tendencia sexual, todo hombre debería preñar al menos a una mujer, aunque después ande viendo para otro lado, no importa. Tendría que ser una política de estado poblar este país, hacer crecer cada pueblo, cada caserío, cada ciudad, hasta que no quepa más nadie, y que de aquí a veinte años Caracas sea como Ciudad de México: un gentío que no sabe donde meterse. Que Maracaibo sea la Nueva Delhi del Caribe. Que Valencia y Caracas solo tengan al Parque Henry Pittier de por medio. Que Ciudad Guayana se parezca más a Nueva York que a Guasipati. Que Puerto La Cruz y Margarita se comuniquen por un puente y que a los lados del puente viva gente que vende empanadas.
Les juro que a veces me pregunto por qué vivimos en un país tan chiquito. Y lo pregunto, con la certeza de que uno de nuestros principales problemas como país es que el mercado es mínimo. Hay talento, pero somos tan poquitos que todos están ocupados haciendo quien sabe qué. Porque producimos poquito, pero tan poquito, que nuestros productos prácticamente no se exportan. En serio: para hacer crecer la economía de este país, lo que hay que hacer es "crecer y multiplicarnos".
¿Por qué la descarga? Todo surge de mi post anterior y del autor del dibujo que publiqué. Me puse a revisar el asunto (llegué a él por casualidad, estaba buscando algo bonito que tuviera que ver con los abrazos), y resulta que existe una Asociación de Ilustradores Profesionales de Valencia-España. Y nada más que en ese directorio hay por lo menos 100 ilustradores que son una maravilla. Que quisiera yo disponer de un directorio de 50 para llamarlos a ver si nos ayudan con la comiquita...
Pero no. Aquí todos están haciendo páginas web. Y como les pagan medianamente bien, pues cualquier otra cosa es un riesgo.
Los escritores, la misma cosa. Todos están haciendo telenovelas o tratando de sobrevivir escribiendo en alguna web chinchurria de "literatos" que leen unos pocos. Y mientras tanto, venden celulares en algún centro comercial.
¿Cómo hace uno para que la gente se arriesgue en este país, si a la hora de la chiquita, lo que uno produce lo va a consumir tan poca gente? Porque por eso es que digo que hay que multiplicarnos... Un programa de televisión en Venezuela, promedio, con buena audiencia, alcanzará el millón de personas a lo sumo. Más aún ahora, con la diversificación de la oferta a través del cable, los canales nacionales han visto mermada su participación en el mercado local.
Entonces, producir un programa de televisión puede ser bastante costoso, pero un canal no lo comprará ni de cerca a un precio que cubra los costos. Entonces, hay que comercializar. Conseguir anunciantes. Pero resulta que en un mercado tan pequeño como este, conseguir anunciantes es como pedir favores: no es realmente una inversión. Tienes que ser pana del pana del pana para que efectivamente el pana te "ayude" con una cuña.
¿Todo por qué? Porque somos un país de 25 millones de habitantes.
Entonces, no hay quien produzca y no hay quien compre.
En Estados Unidos, Europa, Asia, hay un gentío tan grande, que hay quien compre lo que sea y siempre será un buen negocio. Y por supuesto, mucha gente para producirlo. Nadie anda pariendo por ahí a un muchacho que sepa dibujar, o a alguien que sepa escribir. Siempre hay alguien.
Claro, hay negocios más lucrativos que otros, pero en todo caso, hay tanta gente que si uno saca a vender lo que sea, en un rato se deshace de eso -en mi pueblo hay un dicho que es muy cochino, que por eso no lo digo, pero tiene que ver cosas que se pueden vender en palito-.
Por eso es que Chávez tiene razón en una cosa -por si acaso, no soy chavista-: miremos al sur. Desde México hasta la Patagonia, hay un mercado enorme que debemos aprovechar. El tema de la integración es fundamental para expandir nuestros horizontes. Porque es obvio que no nos podemos poner a parir como acures. Además, no hay real para eso tampoco (ni que el gobierno se pudiera hacer cargo del muchachero).
Luego de la descarga, lo que necesito es gente talentosa, ilustradores con conocimientos de herramientas como Freehand o Illustrator. Que quieran embarcarse en la aventura de hacer comiquitas venezolanas. O escritores que siempre hayan querido crear sus propios superhéroes.
De los 25 millones, alguno debería haber por ahí, ¿no?
Besos y abrazos a quien corresponda...
P.S.: No estoy en contra de los anticonceptivos. Muy por el contrario, creo que no deben faltar en su hogar, automovil, cartera, bolso, maletín o cualquier otro adminículo que le permita hacer uso de él cuando le llegue el momento de estar más cerca...
30 de julio de 2006
¿Quién dijo miedo?
Tengo en mis manos el primer guión de "El eslabón perdido". Más allá de uno que otro arreglo, el relato comenzó con buen pie, y creo que esta comiquita es el reto más interesante que he tenido como profesional. Estoy realmente muy emocionado con la posibilidad de hacerla, va a requerir de un gran esfuerzo, sobre todo en el tema de las ilustraciones y las animaciones. Pero la historia, las enseñanzas, la mitología... estoy seguro que valdrá la pena.
Ya la aventura comenzó. Maya, Santiago, Teófilo, Samuel y Bimbo serán nuestros héroes. Ya conocimos a Luana, a los tepuyes, a la leyenda de El Dorado... ya hablamos de las tribus indígenas latinoamericanas y de aquí en adelante será solo acción y aventura. ¿Serán capaces nuestros amigos de impedir que Fierro cumpla con su cometido de quedarse con el eslabón?
Van a ser nueve meses intensos, eso lo puedo asegurar. Pero ¿quién dijo miedo?
Besos y abrazos a quien corresponda...
Ya la aventura comenzó. Maya, Santiago, Teófilo, Samuel y Bimbo serán nuestros héroes. Ya conocimos a Luana, a los tepuyes, a la leyenda de El Dorado... ya hablamos de las tribus indígenas latinoamericanas y de aquí en adelante será solo acción y aventura. ¿Serán capaces nuestros amigos de impedir que Fierro cumpla con su cometido de quedarse con el eslabón?
Van a ser nueve meses intensos, eso lo puedo asegurar. Pero ¿quién dijo miedo?
Besos y abrazos a quien corresponda...
19 de julio de 2006
La velada
Dispuso la mesa para cenar. La última vez lo había hecho para celebrar su aniversario, cumplían ya ocho años de haberse declarado amor eterno. Casi una década de encuentros y desencuentros. Solo quien aprende a vivir diría que ha sido feliz a pesar de todos los momentos terribles, y no gracias a todo lo hermoso que les ha deparado el destino. Y hay que agradecerlo todo, a pesar de. Porque aquello de que a todo lo malo hay que verle el lado bueno no es que sea una filosofía sencilla de seguir. Más bien diría que es más sencillo asumir que la vida hay que vivirla con intensidad, tanto lo bueno como lo malo, sin querer cambiarle la esencia al asunto.
Y el asunto es que, como todo, esos ocho años habían tenido sus días buenos y sus días malos; la verdad es que no se podía quejar. Pronto tendría una velada maravillosa, con la mejor de las compañías, la misma compañía que le atrapó hace ocho años y que ahora mismo venía en camino sin saber que esta velada le esperaba sin razones ni protestos. Le dio las gracias muy calladito a su profesor de cocina, que le enseñó esos pequeños trucos que hacían de cada plato un agasajo al paladar; no veía la hora de descorchar la botella que había puesto a enfriar en la nevera.
Todo estaba listo para recibir a su amor, que seguramente se quejaría por el trabajo, pero se contentaría de llegar a casa. Y se contentaría aún más al ver que le esperaba una noche de esas que todos se merecen cada cierto tiempo. Una música suave, ligera, amenizaría la conversación y relajaría el ambiente.
Tampoco quería que todo fuera demasiado formal, así que decidió ponerse un brevísimo vestido negro, cómodo y elegante al mismo tiempo, pero dejaría sus pies descalzos, para sentir la textura de la suave alfombra que cubría el comedor.
Vio que llegaba el auto. En ese momento, encendió las velas que colocó deliberadamente por toda la casa y sobre la mesa. Todo estaba listo, casi cada detalle había sido cuidado. Estaba segura que sería una noche perfecta.
Y así fue.
Con los primeros rayos de la mañana entrando por su ventana, abrió los ojos y admiró la belleza de los rasgos de quien había ocupado su lado derecho de la cama. Seguramente ocurriría la escena que mañana a mañana se repetía de forma casi ritual: intentar despertarla de todas las formas posibles para que no llegara tarde al trabajo. Pero todavía no era el momento: primero haría el café, se metería al baño rápidamente y luego prepararía el desayuno -frutas y cereal, para mantener la figura-. Luego, solo luego, la despertaría.
Acarició su larga cabellera castaña, sonrió, y de nuevo agradeció a la vida por tenerla al lado.
Y el asunto es que, como todo, esos ocho años habían tenido sus días buenos y sus días malos; la verdad es que no se podía quejar. Pronto tendría una velada maravillosa, con la mejor de las compañías, la misma compañía que le atrapó hace ocho años y que ahora mismo venía en camino sin saber que esta velada le esperaba sin razones ni protestos. Le dio las gracias muy calladito a su profesor de cocina, que le enseñó esos pequeños trucos que hacían de cada plato un agasajo al paladar; no veía la hora de descorchar la botella que había puesto a enfriar en la nevera.
Todo estaba listo para recibir a su amor, que seguramente se quejaría por el trabajo, pero se contentaría de llegar a casa. Y se contentaría aún más al ver que le esperaba una noche de esas que todos se merecen cada cierto tiempo. Una música suave, ligera, amenizaría la conversación y relajaría el ambiente.
Tampoco quería que todo fuera demasiado formal, así que decidió ponerse un brevísimo vestido negro, cómodo y elegante al mismo tiempo, pero dejaría sus pies descalzos, para sentir la textura de la suave alfombra que cubría el comedor.
Vio que llegaba el auto. En ese momento, encendió las velas que colocó deliberadamente por toda la casa y sobre la mesa. Todo estaba listo, casi cada detalle había sido cuidado. Estaba segura que sería una noche perfecta.
Y así fue.
Con los primeros rayos de la mañana entrando por su ventana, abrió los ojos y admiró la belleza de los rasgos de quien había ocupado su lado derecho de la cama. Seguramente ocurriría la escena que mañana a mañana se repetía de forma casi ritual: intentar despertarla de todas las formas posibles para que no llegara tarde al trabajo. Pero todavía no era el momento: primero haría el café, se metería al baño rápidamente y luego prepararía el desayuno -frutas y cereal, para mantener la figura-. Luego, solo luego, la despertaría.
Acarició su larga cabellera castaña, sonrió, y de nuevo agradeció a la vida por tenerla al lado.
11 de julio de 2006
¡Estamos embarazados!
En mi pueblo, a esto le dicen que por un lado sale el payaso y por el otro uno va y suelta la risa. Por otra parte, si fuese un embarazo de verdad verdad, tendría muy presente la posibilidad de hacerme la vasectomía, porque eso de andar pariendo uno para tener al otro puede ser peligroso para la demografía nacional.
Pero en este caso, el refrán que mejor se ajusta es aquel que dice "si así llueve, que no escampe". Como ya saben, nuestra primera comiquita, "La Máquina de Chuíto", se acaba de estrenar este sábado, y nosotros andamos de lo más contentos por el hecho de ver, finalmente, el fruto de nuestro trabajo al aire.
Pues resulta que hace cuestión de media hora recibimos una llamada proveniente de CONATEL (la Comisión Nacional para las Telecomunicaciones en Venezuela). El pasado 09 de diciembre, habíamos introducido ante esa instancia un proyecto para la realización de 13 capítulos de una nueva comiquita que se llama "El Eslabón Perdido", todo esto en el marco del Fondo de Responsabilidad Social creado por la Ley de Responsabilidad Social en Radio y Televisión, para el financiamiento de programas realizados por Productores Nacionales Independientes (léase, nosotros).
La famosa llamada fue para informarnos que el proyecto había sido APROBADO por el Directorio tal y como fue planteado por nosotros ante esa instancia, por lo que solo faltan los detalles legales y técnicos de rigor para dar inicio a nuestra ¡SEGUNDA PRODUCCIÓN DE DIBUJOS ANIMADOS!
Debo confesar una cosa, (para eso está este blog, ¿no?): Escribí esa última línea y se me aguaron los ojos -recuerden que les dije que soy un llorón-.
Naky ya me lo recordaba: ¿no que la vida es una montaña rusa? Bueno, esta es una prueba más de que es así, y por eso mismo estoy muy agradecido.
No me queda más que celebrar, por EL ESLABÓN PERDIDO, por nosotros, por todos los que han confiado y siguen confiando en nosotros, y finalmente, porque pa´lante es pa´llá.
¡Qué vaina más buena, caráchole!
Besos y abrazos a quien corresponda.
8 de julio de 2006
Nació el muchacho...
La verdad es que la sensación es una cosa casi indescriptible. Si esto fue así, no me imagino cómo será tener un hijo. Yo creo que sería un pésimo padre, sobre todo a la hora de apoyar a la madre, porque me pondría como la ranchera: "llorar y llorar, llorar y llorar".
Chuíto salió al aire, y desde el momento en que salió la tapa de VIVE anunciando que el próximo programa sería "La Máquina de Chuíto" se me aguaron los ojos, se me aceleró el corazón... Cuando por primera vez se vio a Ciberchuíto flotando en el espacio para llegar a Margarita; cuando por primera vez Chuíto se transforma y dijo "¡Genial, ahora tengo mi propia máquina del tiempo y del espacio!"; cuando buscaron el antivirus para salvar la computadora; cuando La Perla estornuda pensando que se contagió de gripe viajando por el Polo Norte; cuando salió Luis con los pelos "como unas antenas"...
Es como un album de fotos que se le queda a uno grabado en la memoria. Claro, las imágenes estarán un poco chorreadas por el lagrimero, pero no importa, lo importante es que nació el muchacho. Un poco loco, pero nació. Y ahora hay que criarlo "como Dios manda". Quién sabe si en Europa terminan comiendo cazón margariteño.
Gracias a todos los que se han comunicado y se siguen comunicando con nosotros para celebrar este momento tan importante.
Besos y abrazos a quien corresponda.
P.S.: Para quienes no tienen señal de VIVE en sus televisores, descubrimos que es posible verlo a través de internet ya que el canal tiene señal en vivo en su página: www.vive.gov.ve
Las retransmisiones serán el miércoles a las 3:00 pm y el viernes a las 10:00 am.
3 de julio de 2006
¡"La Máquina de Chuíto" al aire!
Por fin, Chuíto verá la luz este sábado 08 de julio a las 8:00 de la mañana por VIVE. Las retransmisiones serán de la siguiente forma:
Miércoles, 3:00 pm
Viernes, 10:00 am
Ojalá puedan verlo y contarnos qué les parece. Además, les cuento de una vez que mientras más avanza, mejor se pone.
Besos y abrazos a quien corresponda...
27 de junio de 2006
Preguntas para un día como hoy
Ustedes saben que a mi me cuesta darle la razón, aunque sea en parte, a este gobierno bolivariano. De verdad, es una cosa que me resulta complicada: las más de las veces ando pensando que este es un gobierno muy distinto al que quisiera para mi país. Pero los que me conocen saben también que, hasta prueba en contrario, este es un ejemplo de gobierno con amplio apoyo popular. Por favor, no quiero argumentos relacionados con las trampas montadas en el Consejo Nacional Electoral. No son votos, es sentimiento del más profundo: Este país es chavista y hasta que quienes adversamos este sistema no comprendamos claramente eso será difícil diseñar una estrategia clara de reconquista del sentimiento popular. Es como cuando uno se enamora: ese día, su novio no tiene acné, ni rollitos, ni es calvo, ni es viejo, ni lo tiene chiquito. Es perfecto, así tal cual es.
Dicho esto, el asunto es que ayer decía nuestro Ministro de Comunicación e Información William Lara, periodista de profesión, que los periodistas deberíamos repensar nuestro rol en este país. Que deberíamos revisar lo que ha sido nuestra labor, y sobre todo, los efectos que ha causado en la construcción de nuestra identidad y nuestros sistemas de relaciones.
Yo entiendo que aquí estamos ante el viejo dilema de ver el vaso medio lleno o el vaso medio vacío, y que lamentablemente para algunos, yo no puedo hacer otra cosa que verlo medio vacío -aunque me atrevería a decir que más vacío que lleno-. No quisiera extenderme en el tema, porque tampoco me gusta escribir textos demasiado extensos, así que voy a tratar de resumir mis preocupaciones:
1. La oda al periodivismo: ¿Es que acaso sólo Marta Colomina, Ibeyise Pacheco y Patricia Poleo son buenas periodistas? ¿Acaso opinar es hacer periodismo?
2. La oda al chismorreo: ¿Es que por tener "acceso a fuentes" -por demás dudosas- tenemos que creer en lo que suena más bien al chisme de Nélson Bocaranda o Berenice Gómez? ¿O tengo que recordar que ambos publican informaciones que les llegan "vía internet" como hechos "aparentemente ciertos"? ¿Dónde quedó aquello de confirmar y reconfirmar antes de publicar?
3. La solidaridad automática: Consecuencia directa de la anterior. Entonces, si todo lo que dicen es cierto, todo aquel que diga que lo que ellos dijeron es mentira atenta contra la libertad de expresión, quien los denuncia es un tirano y el juez que los condene está comprado o es oficialista, aunque las pruebas demuestren que el "periodista" lo que hizo fue divulgar un chisme y acabar con la reputación del indiciado.
4. El nuevo partido político: ¿Es posible que estemos diciendo que ante la ausencia de partidos políticos los medios "hayan tenido" que asumir ese rol? ¿Será que Marcel Granier será el próximo Presidente de la República y Alberto Federico su Ministro de Información?
5. La postura académica: ¿Será que las principales universidades del país están en la capacidad y la disposición de decirle a sus alumnos que estamos viviendo -a mi juicio- el peor momento de la historia del ejercicio periodístico? ¿Serán capaces de explicarles las razones?
6. El martirio innecesario: ¿Acaso no nos hemos ganado, de una forma o de otra, que algunos de nuestros compatriotas detesten lo que hacemos? ¿Tenemos que colocar siempre la responsabilidad en el otro, que nunca deja de ser un bestia, un bárbaro, en las líneas del oficialismo? ¿Por qué no chequeamos un poco qué es lo que estamos haciendo?
7. La irresponsabilidad periodística: ¿Seremos capaces y estaremos dispuestos a reconocer que muchos de nosotros y muchos de nuestros colegas ni están preparados, ni asumen con responsabilidad su función de informar oportuna, veraz y objetivamente a la gente?
Me despido diciendo lo siguiente: No estoy ejerciendo, pero soy periodista de profesión y de corazón. Estuve en los medios de comunicación el tiempo suficiente para darme cuenta de que no lo estamos haciendo bien. Lamento no poder comprar el periódico o leerlo en internet con la confianza de que lo que leo se acerca medianamente a la verdad, porque supe lo que es leer una gran mentira en grandes titulares. Y estoy viendo cómo, desde su (de)formación profesional, estamos perpetuando el pecado.
Hoy la gente me felicitó, incluso me llamaron para decirme "Feliz día del periodista". Doy y espero seguir dando clases, y hago y seguiré haciendo programas de televisión y de radio que nos demuestren que sí es posible hacer periodismo del bueno. Pero hoy, agradecí solo por compromiso, porque en honor a la verdad que deberíamos estar publicando, el país se merece que nos revisemos. Y si quieren comenzar a revisarse, agarren una cualquiera del montón de preguntas que les puse allá arriba, porque son esas y un montón más. Trabajo hay de sobra.
Besos y abrazos a quien corresponda.
P.S.: Buscando una foto en internet para ilustrar este blog, me encontré con esta caricatura que está en inglés y que por esas cosas de la vida, Blogger anda fastidioso y no me deja montarla, así que la describo brevemente:
En el mar, un hombre se aferra a un salvavidas, en el que se lee claramente "Titanic". Cerca de él, un periodista y su fotógrafo le dicen: "100$ si te ahogas aquí mismo". De otro lugar más lejano, otro periodista replica "200$ si te ahogas de este lado mejor". Finalmente, otro dice "Te doy 250$ y una taza de café caliente". Finalmente, una breve leyenda dice: "Un precio para cada historia, una historia para cada precio".
De nuevo lamento no poderla colocar. Espero poder hacerlo pronto.
Dicho esto, el asunto es que ayer decía nuestro Ministro de Comunicación e Información William Lara, periodista de profesión, que los periodistas deberíamos repensar nuestro rol en este país. Que deberíamos revisar lo que ha sido nuestra labor, y sobre todo, los efectos que ha causado en la construcción de nuestra identidad y nuestros sistemas de relaciones.
Yo entiendo que aquí estamos ante el viejo dilema de ver el vaso medio lleno o el vaso medio vacío, y que lamentablemente para algunos, yo no puedo hacer otra cosa que verlo medio vacío -aunque me atrevería a decir que más vacío que lleno-. No quisiera extenderme en el tema, porque tampoco me gusta escribir textos demasiado extensos, así que voy a tratar de resumir mis preocupaciones:
1. La oda al periodivismo: ¿Es que acaso sólo Marta Colomina, Ibeyise Pacheco y Patricia Poleo son buenas periodistas? ¿Acaso opinar es hacer periodismo?
2. La oda al chismorreo: ¿Es que por tener "acceso a fuentes" -por demás dudosas- tenemos que creer en lo que suena más bien al chisme de Nélson Bocaranda o Berenice Gómez? ¿O tengo que recordar que ambos publican informaciones que les llegan "vía internet" como hechos "aparentemente ciertos"? ¿Dónde quedó aquello de confirmar y reconfirmar antes de publicar?
3. La solidaridad automática: Consecuencia directa de la anterior. Entonces, si todo lo que dicen es cierto, todo aquel que diga que lo que ellos dijeron es mentira atenta contra la libertad de expresión, quien los denuncia es un tirano y el juez que los condene está comprado o es oficialista, aunque las pruebas demuestren que el "periodista" lo que hizo fue divulgar un chisme y acabar con la reputación del indiciado.
4. El nuevo partido político: ¿Es posible que estemos diciendo que ante la ausencia de partidos políticos los medios "hayan tenido" que asumir ese rol? ¿Será que Marcel Granier será el próximo Presidente de la República y Alberto Federico su Ministro de Información?
5. La postura académica: ¿Será que las principales universidades del país están en la capacidad y la disposición de decirle a sus alumnos que estamos viviendo -a mi juicio- el peor momento de la historia del ejercicio periodístico? ¿Serán capaces de explicarles las razones?
6. El martirio innecesario: ¿Acaso no nos hemos ganado, de una forma o de otra, que algunos de nuestros compatriotas detesten lo que hacemos? ¿Tenemos que colocar siempre la responsabilidad en el otro, que nunca deja de ser un bestia, un bárbaro, en las líneas del oficialismo? ¿Por qué no chequeamos un poco qué es lo que estamos haciendo?
7. La irresponsabilidad periodística: ¿Seremos capaces y estaremos dispuestos a reconocer que muchos de nosotros y muchos de nuestros colegas ni están preparados, ni asumen con responsabilidad su función de informar oportuna, veraz y objetivamente a la gente?
Me despido diciendo lo siguiente: No estoy ejerciendo, pero soy periodista de profesión y de corazón. Estuve en los medios de comunicación el tiempo suficiente para darme cuenta de que no lo estamos haciendo bien. Lamento no poder comprar el periódico o leerlo en internet con la confianza de que lo que leo se acerca medianamente a la verdad, porque supe lo que es leer una gran mentira en grandes titulares. Y estoy viendo cómo, desde su (de)formación profesional, estamos perpetuando el pecado.
Hoy la gente me felicitó, incluso me llamaron para decirme "Feliz día del periodista". Doy y espero seguir dando clases, y hago y seguiré haciendo programas de televisión y de radio que nos demuestren que sí es posible hacer periodismo del bueno. Pero hoy, agradecí solo por compromiso, porque en honor a la verdad que deberíamos estar publicando, el país se merece que nos revisemos. Y si quieren comenzar a revisarse, agarren una cualquiera del montón de preguntas que les puse allá arriba, porque son esas y un montón más. Trabajo hay de sobra.
Besos y abrazos a quien corresponda.
P.S.: Buscando una foto en internet para ilustrar este blog, me encontré con esta caricatura que está en inglés y que por esas cosas de la vida, Blogger anda fastidioso y no me deja montarla, así que la describo brevemente:
En el mar, un hombre se aferra a un salvavidas, en el que se lee claramente "Titanic". Cerca de él, un periodista y su fotógrafo le dicen: "100$ si te ahogas aquí mismo". De otro lugar más lejano, otro periodista replica "200$ si te ahogas de este lado mejor". Finalmente, otro dice "Te doy 250$ y una taza de café caliente". Finalmente, una breve leyenda dice: "Un precio para cada historia, una historia para cada precio".
De nuevo lamento no poderla colocar. Espero poder hacerlo pronto.
26 de junio de 2006
Tungo, el perro telépata
Tungo, como todo buen perro, tiene su juguete favorito: un cordón de algodón muy grueso, blanco y rojo (en realidad, este es su segundo cordón, el primero, que era blanco y verde, llegó a parecer restos de coleto sucio). El asunto es que a Tungo le encanta que le lancen la cuerda lejos, y el sale corriendo, brincando de hecho, hasta donde está su cuerda, y luego la trae de nuevo para volver a jugar (aunque es difícil arrancársela de las fauces cuando la tiene agarrada).
El asunto es que esta mañana, iba subiendo por las escaleras de la casa junto con Tungo, cuando por esas cosas de la vida vi que la cuerda estaba en la sala, es decir, abajo. En eso, pensé: "Le voy a decir a Tungo que busque la cuerda y la traiga arriba".
No lo había terminado de pensar cuando el perrito se ha devuelto por las escaleras, salió corriendo hasta donde estaba la cuerda, la agarró y subió con ella hasta la planta alta.
A partir de ese momento, se convirtió en Tungo, el perro telépata.
Besos y abrazos a quien corresponda.
23 de junio de 2006
Un cuento que no es mío
Hace pocos días una amiga me contó un cuento que me pareció muy simpático y que quiero compartir con ustedes:
Desde que tiene uso de razón, Laura ha sido lesbiana. Nunca sintió nada de nada por el sexo opuesto, y en el momento de empezar a sentir hormonas subir y bajar, supo que el objeto de su afecto sería una mujer, así que cuando tuvo la oportunidad de desarrollar su vida social, afectiva y sexual, lo hizo tal y como sus impulsos se lo pidieron.
Ante las llegadas tarde a su casa y las señales que la madre de Laura detectaba en su hija, la señora empieza a presionar a su hija, a criticar -como toda madre- sus aparentes excesos relacionados con las fiestas y todo lo que ello implican.
-¡Anda, otra vez llegando tarde! ¡Y ese olor a cigarrillo! Seguro que vienes medio tomada... ¿Con quién andabas? ¿Con tus amigas? Esta muchacha como que es tortillera, ¿ah? ¡Claro! Tortillera seguro...
Y ella, ante la eterna cantaleta, sacaba adelante su tropelía de excusas, disculpas y argumentos, siempre negando su condición, recordándole a su madre que ella era joven, que seguro a su edad también salía de noche y fiesteaba un montón.
La escena se repetía constantemente, a veces con más violencia que otras, pero la acusación de la madre se hacía siempre presente.
Un buen día, con Laura un poco más crecidita -y quizás luego de haber vivido alguna situación de esas que lo llevan a uno al límite-, la madre comienza con su retahíla de letanías. Laura, en un rapto de pasión le dice:
-Bueno, sí, soy tortillera, está bien, adivinaste, ¡soy tortillera!
-Anda, a ver quien te cree, niña, tú lo que estas es borracha y medio dormida, ¡que tú de tortillera no tienes nada!
Desde ese día, nunca más, nunca más, Laura revivió una escena de esas a las que ya estaba tan acostumbrada.
Eso se llama hacerse el loco -o en este caso, la loca-.
Besos y abrazos a quien corresponda.
Obra: Mujer ante el espejo
Autor: Pablo Picasso
1932.
18 de junio de 2006
Como una premonición...
...anoche fui al teatro. Unos amigos nos invitaron a ver una obra en la Casa de Estudios Latinoamericanos Rómulo Gallegos (CELARG) llamada "Falsarios". Yo aprendí a que antes de decir si algo es bueno o malo, lo cual es un juicio de valor que pretende calificar para que otros se vean influidos por mi criterio, primero digo si me gustó o no me gustó, lo cual no tiene nada que ver con que sea buena o mala sino con una sensación menos racional, mucho más visceral, del momento que pasé anoche.
Y... la obra me gustó. No es que haya sido el momento más arrecho de la historia del teatro en mi corta vida, pero la disfruté, me pareció entretenida -entretenidísima, dirían mujeres como Valentina Quintero, haciendo énfasis en la í acentuada y subiendo el tono, y manteniendola por un instante, así, sifrino como a mi me gusta-. Me reí un rato, sufrí otro rato -típico de las tragicomedias autóctonas y anecdotarias de hoy en día-, y mi mayor sufrimiento fue pasar una hora sentado en una silla caótica, vencida, que era más una invitación a salir corriendo de la sala que a disfrutar de la función.
En fin que ni siquiera sabía que la palabra "Falsarios" existía en el diccionario, así que decidí buscarla en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, que dice así:
falsario, ria.
(Del lat. falsarĭus).
1. adj. Que falsea o falsifica algo. U. t. c. s.
2. adj. Que suele hacer falsedades o decir mentiras. U. t. c. s.
(No sé que significa U. t. c. s., si alguien sabe, le agradeceré en el alma que me explique).
Bueno, el asunto es que la obra va de una de esas situaciones que parece que empiezan a ser cada vez más repetitivas en nuestro mundo moderno. Esta es una de las facetas de aquello que dicen las mujeres de que "ya no quedan hombres por ahí". Lo que pasa es que antes decían que no habían hombres porque no son caballerosos, porque dejaron de ser el sostén del hogar para ser el mantenido de la casa... Pero la excusa de ahora es que aparentemente hace falta quien invente y patente una pruebita casera muy rápida, así como las pruebas de embarazo, que garantice que ese hombre que me estoy llevando a la casa no sea marico. Una gotica de orina, semen, sudor, un pelito, lo que sea, y a los dos minutos usted se entera si este hombre es un macho de verdad verdad o si, muy por el contrario, es un macho que lleva su nazareno a cuestas.
Todo esto aderezado por el peo que significa que una mujer se entere, luego de 8 o 9 años de un dudoso matrimonio, que el desinterés de su marido no se debe a la gordura que ella intenta hacer desaparecer con la ayuda de cuanto tratamiento se le ocurra a su muy famoso doctor -que además está requetebueno-, sino que la falta se debe a que justamente ese señor con la que la doñita tuvo la desdicha de casarse en mala hora tiene tres años de amores con el mismísimo doctor que la viene torturando para que su grasa sea cosa del pasado.
Y, como una premonición, ahí estaba yo viendo la historia de la vida que decidí no vivir. Porque mi cuento es el de un hombre que agarró sus cachachás y le dijo a su madre "no, señor, no me caso, o mejor dicho, sí me caso, sí me mudo, y hasta muchachos quiero tener, pero no es ni con Carolina, ni con Gabriela, ni con Luisa... nada de eso. La cosa es con Richard, y si te gusta bien y si no también".
Porque desde hace rato me dejé de guevonadas. Porque no, compadre, yo, de falsario, nada.
Besos y abrazos a quien corresponda.
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