Ando medio preocupado en estos días por aquello de que tenemos proyectos nuevos y ganas de crecer en el área de la animación para televisión. Es una preocupación que de vez en cuando me hace estallar la neura, y que a veces me da la impresión de que hay ciertos problemas de caracter estructural que no puedo enfrentar y que se interponen entre las metas y uno. Y en el caso de que se puedan enfrentar, entonces el asunto es que requiere de un esfuerzo y unos recursos mayúsculos que, en este momento, no tengo.
Y es ahí cuando, en medio de la neurosis, me pregunto por qué carajo viviré yo en un país tan chiquito. En un país con tan poquita gente. En Venezuela deberían prohibir el uso de los métodos anticonceptivos. Deberían ponernos a parir muchachos como locos. No importa la tendencia sexual, todo hombre debería preñar al menos a una mujer, aunque después ande viendo para otro lado, no importa. Tendría que ser una política de estado poblar este país, hacer crecer cada pueblo, cada caserío, cada ciudad, hasta que no quepa más nadie, y que de aquí a veinte años Caracas sea como Ciudad de México: un gentío que no sabe donde meterse. Que Maracaibo sea la Nueva Delhi del Caribe. Que Valencia y Caracas solo tengan al Parque Henry Pittier de por medio. Que Ciudad Guayana se parezca más a Nueva York que a Guasipati. Que Puerto La Cruz y Margarita se comuniquen por un puente y que a los lados del puente viva gente que vende empanadas.
Les juro que a veces me pregunto por qué vivimos en un país tan chiquito. Y lo pregunto, con la certeza de que uno de nuestros principales problemas como país es que el mercado es mínimo. Hay talento, pero somos tan poquitos que todos están ocupados haciendo quien sabe qué. Porque producimos poquito, pero tan poquito, que nuestros productos prácticamente no se exportan. En serio: para hacer crecer la economía de este país, lo que hay que hacer es "crecer y multiplicarnos".
¿Por qué la descarga? Todo surge de mi post anterior y del autor del dibujo que publiqué. Me puse a revisar el asunto (llegué a él por casualidad, estaba buscando algo bonito que tuviera que ver con los abrazos), y resulta que existe una Asociación de Ilustradores Profesionales de Valencia-España. Y nada más que en ese directorio hay por lo menos 100 ilustradores que son una maravilla. Que quisiera yo disponer de un directorio de 50 para llamarlos a ver si nos ayudan con la comiquita...
Pero no. Aquí todos están haciendo páginas web. Y como les pagan medianamente bien, pues cualquier otra cosa es un riesgo.
Los escritores, la misma cosa. Todos están haciendo telenovelas o tratando de sobrevivir escribiendo en alguna web chinchurria de "literatos" que leen unos pocos. Y mientras tanto, venden celulares en algún centro comercial.
¿Cómo hace uno para que la gente se arriesgue en este país, si a la hora de la chiquita, lo que uno produce lo va a consumir tan poca gente? Porque por eso es que digo que hay que multiplicarnos... Un programa de televisión en Venezuela, promedio, con buena audiencia, alcanzará el millón de personas a lo sumo. Más aún ahora, con la diversificación de la oferta a través del cable, los canales nacionales han visto mermada su participación en el mercado local.
Entonces, producir un programa de televisión puede ser bastante costoso, pero un canal no lo comprará ni de cerca a un precio que cubra los costos. Entonces, hay que comercializar. Conseguir anunciantes. Pero resulta que en un mercado tan pequeño como este, conseguir anunciantes es como pedir favores: no es realmente una inversión. Tienes que ser pana del pana del pana para que efectivamente el pana te "ayude" con una cuña.
¿Todo por qué? Porque somos un país de 25 millones de habitantes.
Entonces, no hay quien produzca y no hay quien compre.
En Estados Unidos, Europa, Asia, hay un gentío tan grande, que hay quien compre lo que sea y siempre será un buen negocio. Y por supuesto, mucha gente para producirlo. Nadie anda pariendo por ahí a un muchacho que sepa dibujar, o a alguien que sepa escribir. Siempre hay alguien.
Claro, hay negocios más lucrativos que otros, pero en todo caso, hay tanta gente que si uno saca a vender lo que sea, en un rato se deshace de eso -en mi pueblo hay un dicho que es muy cochino, que por eso no lo digo, pero tiene que ver cosas que se pueden vender en palito-.
Por eso es que Chávez tiene razón en una cosa -por si acaso, no soy chavista-: miremos al sur. Desde México hasta la Patagonia, hay un mercado enorme que debemos aprovechar. El tema de la integración es fundamental para expandir nuestros horizontes. Porque es obvio que no nos podemos poner a parir como acures. Además, no hay real para eso tampoco (ni que el gobierno se pudiera hacer cargo del muchachero).
Luego de la descarga, lo que necesito es gente talentosa, ilustradores con conocimientos de herramientas como Freehand o Illustrator. Que quieran embarcarse en la aventura de hacer comiquitas venezolanas. O escritores que siempre hayan querido crear sus propios superhéroes.
De los 25 millones, alguno debería haber por ahí, ¿no?
Besos y abrazos a quien corresponda...
P.S.: No estoy en contra de los anticonceptivos. Muy por el contrario, creo que no deben faltar en su hogar, automovil, cartera, bolso, maletín o cualquier otro adminículo que le permita hacer uso de él cuando le llegue el momento de estar más cerca...