8 de enero de 2008

La cachetada

Estaba harta de él. Harta de su actitud, de su debilidad. Ahí estaba él, con la cara desviada y la mejilla roja, luego de la sonora cachetada que ella no pudo evitar propinarle. La situación había llegado demasiado lejos: ese hombre no era, ni de cerca, lo que ella esperaba de quien debía estar a su lado. Siempre pensó en un hombre bien dispuesto, trabajador, responsable, fuerte. Y esto era el colmo de la sumisión. Pedro no era capaz ni de reclamar ante las situaciones más simples como un vuelto incompleto. Si se veía involucrado en una colisión, Pedro siempre terminaba pagando el choque. Si alguien se metía con él en la calle, Pedro siempre evitaba la confrontación y huía por la derecha. Si su jefe lo obligaba a trabajar horas extras, Pedro nunca exigió una compensación adicional.
Y ahora, le decía que no podrían celebrar su aniversario porque le habían asignado una tarea importantísima para el fin de semana y que él no pudo negarse a cumplir. Era el colmo.
- ¡Imbécil! ¡Incapaz!
Él no levantaba la mirada.
- Cobarde...
No sabía qué hacer para que aquel hombre reaccionara. Quiso irse, pero la violencia de lo que ocurrió después la tomó desprevenida.
Aun sin mirar, la mano de Pedro se levantó violentamente, y con el dorso alcanzó el rostro de su mujer, que cayó al suelo bruscamente. Estaba aturdida. Escuchó la voz de su marido, lenta, pausada, tranquila.
- Que no se te ocurra volver a tocarme. Este fin de semana me voy a trabajar, y espero que eso no te cause ningún problema.

Ella pasó el fin de semana como pasaba cualquier otro fin de semana. Arregló algunas cosas en la casa, salió a hacer compras y hasta se encontró con algunas amigas para tomarse algo, mientras su marido trabajaba duramente.
Él pasó el fin de semana como pasaba cualquier otro fin de semana. Se fue al apartamento de la playa con su secretaria, haciendo el amor y disfrutando de la tranquilidad que otorga una esposa que jura que su marido está en la oficina.

5 comentarios:

gustavo dijo...

Excelente historia, aunque debo admitir que el final me ha sorprendido. Esperaba que se escapara él se escapara con el compadre o con el de la esquina. Siempre es grato leer tus relatos y masticar todo lo que se esconde en ellas, leer entre líneas y ver los mundos subyacentes.

saludos

Joanna dijo...

Hola, hay un dicho muy cierto "Dios librame del agua mansa, que de la brava me libro yo", nunca me he confiado de los PISA PASITO, por que en tu relato tienes un vivo ejemplo

Cuidate

Lascivus dijo...

Hola Jogreg,

De entrada, disculpas por lo intempestivo y fuera de 'post' de este comentario, pero es que acabo de encontrar tu blog (rebotando desde otros) y leí sobre tu historia en BBC Mundo, así que me fui directo a leer esos post y no puedo quedarme con esto en el pecho: "¡Coño de tu pepa Jogreg!", ¿¡Cómo es posible que nos eches esta vaina de mezclar la histioria de la quinta entrega con la tuya!?

Chico eso no se le hace a gente inocente... Estoy aún en mi oficina y esa última parte me ha puesto ha llorar a moco suelto, de lentes mojados, jipeadera y pestillo en puerta ¿Ahora cómo salgo de aquí? :o)

Cuando -con un dolor de cabeza incipiente- leí la Postdata, me volvió el alma al cuerpo pero con ganas de darte unos coscorrones...

Mis respetos y recien nacida admiración, espero no molestar pues pretendo ponerme al día...

Un abrazo,

Silmariat, "El Antiguo Hechicero" dijo...

Variaciones sobre el mismo tema pero, al escribirlo tú, se llena, de repente, con olor nuevecito.
El final, digno de ti…, ya me esperaba algo por el estilo.
No me va la violencia, de ningún tipo, pero siempre me he dado cuenta de un detallito. Cuando las mujeres pegan, nadie se queja. Pero cuando lo hace un hombre…, España, Italia y Francia pueden dar cátedra sobre ello.

Todo lo mejor para ti.

PS: Tienes razón, ESTE es el año.

Jogreg dijo...

Gustavo: Bueno, qué te digo, si es que de escribir sobre gays tengo un rollo... de vez en cuando un hetero no cae mal!

Joanna: Más que un pisa pasito, es un tipo más bien paciente. ¡Gracias por pasar!

Lascivus: ¡Gracias por tus palabras! La verdad es que escribir ese blog implicó superar un montón de cosas, estoy feliz de que haya salido bien...

Silma: Y mira que hay mujeres que pegan y duro... y los hombres se callan más que las mujeres porque se supone que no deberíamos ser débiles...