1. ¿Servía o no servía la unidad?: En el caso de las gobernaciones en las que la oposición iba dividida, solo una presentaba oportunidad real de victoria: Bolívar. Andrés Velázquez le lanzó su duro regaño a Julio Borges por no haberlo apoyado a tiempo.
2. Aunque Moisés Figuera me diga que Stalin González fue un fenómeno, creo que le pasó igual que a Manuel Rosales queriendo ganarle a Chávez: la gente votó por la opción que tenía. Pero no fue suficiente. A Stalin le falta carisma y eso no lo niega nadie. Buen esfuerzo, pero que no piense que todos esos votos son de él.
3. Si el PSUV obtuvo más de 5 millones y tanto de votos y la oposición llegó a 4 millones y algo... entonces, en efecto, se puede interpretar que la Reforma Constitucional no la querían ni los propios chavistas. Los resultados en el caso de la oposición no varían demasiado, pero ganar más de un millón de votos en un año solo puede querer decir una cosa: que los adictos (que no adeptos) al presidente Chávez no vieron en su propuesta de reforma una línea política que apoyar. Algo tenía o algo le faltaba y por eso no salieron a votar el 2D, pero queda ratificado que los oficialistas siguen siendo más o menos los mismos.
4. Punto aparte merece el tema de las leyes electorales, su incumplimiento y la penalidad que eso implica. La laxitud de la norma y la carencia de fuertes sanciones hacen que no sea necesario el cumplimiento de normas como la de no hacer campaña política durante la elección. ¿Acaso el nuevo alcalde de Caracas no merece algo más que una reprimenda por salir a votar con una gorra roja del PSUV?
5. ¿Qué significa realmente el Plan República? ¿Para qué sirve? Algunos insisten en dejar el proceso en manos exclusivamente de los civiles, pero ¿seremos capaces de hacer cumplir la ley sin que medien las armas para que los ciudadanos recapaciten sobre actitudes erroneas? Si con el Plan República se presentaron múltiples incidentes violatorios de la ley, como motorizados aterrorizando a los electores, grupos haciendo campaña, consumo de alcohol, además de los problemas comunes registrados dentro de los centros de votación, es posible sacar en conclusión que el PR no sirve realmente a sus propósitos. Pero ¿es que acaso los ciudadanos nos dan garantía de resguardo? Con la mano en el corazón, creo que tampoco. No confiamos ni en nuestra sombra...
Seguramente quedan cosas por decir. Si las recuerdo, se las escribo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario