Pertenezco a una comunidad virtual llamada Osos de Venezuela (www.ososdevenezuela.com), en la que cada cierto tiempo se arman unos debates de lo más interesantes sobre todo el lío de la homosexualidad, la tolerancia, la discriminación y demás asuntos relacionados. En estos días, en medio de una muy interesante discusión, escribí el texto que les coloco a continuación como respuesta a algunos argumentos esgrimidos por algunos compañeros, y que quise que quedara dentro de esta bitácora personal:
(...) al final, somos nosotros mismos quienes nos discriminamos, porque eso da mucha tela que cortar, sobre todo cuando de "respeto" se trata.
Todo este asunto de la diversidad tiene como base indispensable el respeto de lo que el otro "es". Y somos homosexuales y heterosexuales (y bisexuales), y entre los homosexuales hay quienes les gusta una cosa o la otra... una variedad casi tan infinita como homosexuales en el mundo.
Es por eso que, aunque las categorías a veces son buenas para conceptualizar ciertas cosas, ubicarnos un poco en el mundo, a veces tampoco ayudan mucho porque son un poco maniqueas: cuando hay una clasificación, intentamos colocar en ella a cuanto ser aparece en el mundo, y a veces no todos calzamos dentro de esas categorías.
Quizás sería bueno que dejásemos de ponernos etiquetas y empecemos a respetar a la gente por lo que es, valorar lo positivo que tiene cada conducta y dejar de juzgar a la gente porque es amanerada, se viste de mujer o hace shows travestis. Porque si les soy muy honesto, luego de pensarlo, es más sencillo respetar al hombre que decide vestirse de mujer (o ser amanerado) y enfrentar todos los prejuicios que eso trae, que respetar al hombre muy macho casado, con tres muchachos, una amante, una secretaria, que se va de vez en cuando a un bar y contrata a una prostituta pero que los fines de semana tiene a su hombre que le da lo que una mujer no puede. Y que lo hace, entre otras cosas, porque nunca tuvo el valor, siendo joven, de enfrentar el hecho de que es homosexual, por lo que se mantuvo en el closet.
Entonces, respeto al travesti... No quiere decir que quiera acostarme con uno... ¿distinguen la diferencia? El respeto, la tolerancia, la no discriminación, no tienen que ir atados al gusto sexual. Es absurdo que queramos medir la moralidad homosexual señalando quién es más macho y quién no lo es. Porque a la hora de las chiquiticas, de medirnos con esa vara (muy conservadora, por cierto, proveniente de las épocas más oscuras del moralismo más radical), entonces todos seríamos "rolos de maricos todos", ¿o no?
Pongámoslo de otro modo: ¿Para quién es más sencillo salir del closet, para un chamo que siempre fue amanerado, que nunca le gustaron los juegos de niños, etc... o para el joven que siempre fue visto como el semental de su generación? Yo no sé exactamente la respuesta, pero tengo la sospecha de que para todos es igual. Por una razón muy sencilla: al final todos estamos enfrentando los mismos estereotipos y prejuicios que tiene la sociedad actual sobre nosotros.
Entonces, aprendamos a respetarnos. Dejemos de comportarnos como nuestra homofóbica sociedad nos ha impuesto, seamos más tolerantes con quienes deciden vivir su vida de una forma distinta a la nuestra, sea cual sea esa forma (a estas alturas, me gustaría recordar que en definitiva, todos somos distintos... iguales, pero distintos... ¿no?)
Cada uno de nosotros tiene su propia historia de vida y sus razones para ser quien es hoy en día. Debe ser (o mejor dicho, es) muy doloroso que cualquiera ponga en tela de juicio esa historia, esas razones, para menospreciar quien eres y lo que haces. Pongámosle justo valor a todo esto y aprendamos a vivir en paz y tolerancia.
Muchos saludos a todos los miembros de este grupo, al que cada vez aprecio más...
Besos y abrazos a quien corresponda,
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