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23 de agosto de 2008

¿Es América Latina un desastre deportivo?

Falta un día para que terminen las Olimpíadas de Beijing. Muchas han sido las quejas que se han levantado con respecto al resultado obtenido por Venezuela, cuando ya solo falta que compita nuestro representante en el Maratón, última competencia oficial.
Aun cuando hoy se juegan unas cuantas medallas más, y ante cierta decepción que se apodera de todos al ver que Venezuela aparece en el último lugar de las medallas -no solo por tener solo una de bronce sino porque alfabéticamente estamos casi siempre al final de todas las listas- vale la pena echar un vistazo al medallero. ¿Por qué lo digo? Porque aunque esto suene a aquel viejo refran "mal de muchos, consuelo de tontos", la situación, a mi parecer, merece reflexionar acerca del deporte no solo en nuestro país, sino en América Latina.

Me puse a sacar algunas cuentas, y fíjense con lo que me encontré:

1. Sin meter a EEUU y China (evidentes potencias deportivas), las medallas quedan distribuidas así:

Europa: 65%
Asia: 15%
América: 8%
Oceanía: 7%
África: 4%

2. Si vamos al total de medallas, la cosa practicamente no cambia:

Europa: 60%
Asia: 17%
América: 12%
Oceanía 7%
Africa 4%

3. En el caso de las medallas de oro, contando las medallas de EEUU y China, la cosa se equilibra un poco, pero siempre a favor de Europa

Europa: 47%
Asia: 28%
América: 16%
Oceanía: 5%
África 3%

4. Finalmente, con el total de medallas obtenidas, la tabla queda así:

Europa: 46%
Asia: 23%
América: 20%
Oceanía: 6%
África 4%

Por supuesto, todos estos valores son aproximados.

Entonces, lo primero que salta a la vista es que en efecto, Europa tiene una supremacía importante en lo que al deporte se refiere. Claro, hay que tomar en cuenta que son más países que en América. Pero llama la atención que en el caso de la cantidad de países, Oceanía solo entra en la tabla con 2, Australia y Nueva Zelanda, y sin embargo logra 53 medallas.

Ahora, esto también es interesante: Al día de hoy, 53 países han obtenido medallas doradas, de los cuales solo 8 son americanos (EEUU, Jamaica, Canadá, Cuba, Brasil, Argentina, México y Panamá), y los últimos tres solo tienen 1 dorada. Cuba y Brasil tienen 2 (esperando los resultados del juego de volibol femenino y de beisbol, donde juegan ambos países). Igual, la cosa no varía demasiado. Los tres primeros, por cierto, son considerados culturalmente como "distintos" a nosotros, es decir, que no los consideramos dentro de Latinoamérica, entre otras cosas, porque su lengua oficial no es el español.

Luego tenemos el resto de los países latinoamericanos: Colombia, Chile, Ecuador y Venezuela son los únicos que aparecen en el medallero. De 86 países, solo 12 son de esta región y si no contamos a EEUU, logran el 8% de las medallas doradas. Europa, el 64%. Menuda diferencia, ¿no?

Supongo que ya entienden por donde vengo: El problema deportivo no es solo venezolano, sino latinoamericano. Nuestros atletas no se foguean con los que son realmente buenos en el mundo, sino con los de una región que en general no rinde lo suficiente como para ir a unos juegos Olímpicos en buenas condiciones. Un ejemplo claro es el clavadista Ramón Fumadó: Campeón Suramericano, queda 22 en las Olimpiadas. Solo un mexicano lo hizo mejor que él. De resto, europeos, estadounidenses y asiáticos conformaron los finalistas.

Sobre las razones de que en Latinoamérica no logremos los resultados esperados podríamos especular. Supongo que la primera razón que salta a la mente es obvia: no tenemos políticas claras para el desarrollo y apoyo a las diversas disciplinas deportivas. Algunos de nuestros atletas entrenan en el exterior, donde tienen mayores posibilidades de foguearse. Pero es evidente que no es suficiente.

Para lograr una mejor actuación, por lo visto, el esfuerzo parece que debe ser regional, y no local. Si nuestras competencias regionales no tienen el nivel europeo o asiático, cuando nos toca finalmente vernos las caras, las diferencias de nivel son claras y los resultados no pueden ser otros que los vividos en estas Olimpiadas.

21 de agosto de 2008

Sobre el bronce para Venezuela: ¡Guardemos los guantes!

Últimamente he publicado muy poco. No he tenido ni el tiempo ni las ganas. Sigo los blogs de algunos panas, los leo. Chequeo en to2blogs para ver si alguien ha publicado algo que me provoque leer. Pero yo muy poco he publicado en los últimos meses.

Sin embargo, ayer, por aquello de que me emociona el tema olímpico y Venezuela obtuvo una medalla de bronce, decidí publicar la nota. Dije que hemos vivido algunas decepciones, pero que vale la pena celebrar porque Dilia Contreras obtuvo su medalla.

¿Qué ocurrió? Que los venezolanos no somos capaces de ponernos de acuerdo ni siquiera en qué sentir sobre este hecho. Hay quien se molesta porque los atletas no rindieron. Hay quien se alegra porque al menos uno llegó a la meta. Hay quien se molesta con quien se alegra. Y comienza una batalla campal.


Yo no digo que deba existir una uniformidad de reacciones. Pero a veces hay que dejar la mezquindad a un lado y alegrarse por el triunfo de un compatriota. No entiendo cómo para algunos es literalmente imposible dejar de lado por un minuto sus posturas políticas, el contexto del asunto, las coyunturas, para mirar el asunto desde el lado positivo: la muchacha logró el cometido y se trajo una medalla. Eso es bueno. Es una alegría que podemos darnos el lujo de compartir. De sonreir aunque sea un instante y decir "que de pinga, mira a la muchacha en el podio y la bandera, mi bandera, allá arriba". El uniforme de esa chama lo que tenía escrito en la espalda era "VEN", que significa "VENEZUELA". Y eso es algo que todos los que nacimos o vivimos en esta tierra tenemos en común.


¿Es muy dificil eso? Parece que sí. Hacía mucho rato que la gente no dejaba comentarios en este espacio porque yo tampoco publicaba. Y una alegría se convirtió en un ring de boxeo. ¿Hacía falta? No. ¿Era de esperarse? Lamentablemente, tal y como están las cosas, sí.


Ya ni compartir una alegría se puede. Deberíamos aprender que, de vez en cuando, hay que dejar de pelear y guardar los guantes.


Besos y abrazos a quien corresponda
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Actualización: Por cosas como esta sí valdría la pena decirse algunas cosas...