He estado tratando de conocer y contactar a muchas personas
desde que llegué acá. Tengo que reconocer que Sevilla sigue siendo una ciudad
de gente muy amable, amistosa e incluso dicharachera, de un carácter ligero
(aunque ya me comentaron que debo conocer a la gente de Cadiz... que el humor
de allá no tiene igual). Pero en todas las personas que he contactado he notado
dos preocupaciones: lamentan que este sea un momento crítico para su país, por
un lado, y a consecuencia de ello, una de las manifestaciones visibles de esta
crisis en la ciudad ha sido una huelga de los recolectores de basura que tiene
a la ciudad en un estado impresentable. Una huelga que recién termina y que
duró 11 días, dejando en las calles cerca de siete mil toneladas de basura.
Ayer fui por primera vez al centro de Sevilla. Aún no
terminaba la huelga y pude ver lo que esto significaba. Contenedores repletos,
rebosantes de desechos. Los ciudadanos no podían hacer otra cosa que dejar sus
bolsas y cajas fuera de los contenedores, al borde de la acera. El fuerte
viento aprovechaba de esparcir cualquier resto mal colocado, por lo que sobre
las caminerías y calles podías encontrar papeles volando a su antojo.
Y pensé: Debe ser que en Caracas todo el tiempo estamos de
huelga.
Mañana ya la ciudad estará limpia de nuevo. En Caracas, sin
embargo, la esperanza es lo último que se pierde.
La foto no es mía, es del ABC de Sevilla. Mi instinto
periodístico anda de huelga también y no tomé fotos a los contenedores.
Saludos.
1 comentario:
Muy buenooooo!!!!!!!
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