Sigo con este divertido viaje a los recuerdos de mi infancia. Este hizo que mi apetito se abriera vorazmente... ¡Mis golosinas y chucherías favoritas!
Bolibomba de frutas: mi chiclet favorito. Había mucho de donde escoger, pero yo regularmente me decantaba por este o por el Papaupa
Tic-Tac de Naranja: peligroso y adictivo. Cuando todavía tenía colorantes que decían que eran cancerígenos. Abrir uno significaba tragarlos todos. Imposible de compartir.
Bati-bati, Pastelado y Crema Real: los mejores helados de la vida. El Batibati todos lo recordamos porque traía el chicle al final del envase. Si venían dos, salías premiado.
Chupi-chupi: Frente al colegio siempre se paraba un heladero con chupis y raspaos. Yo prefería los chupis por ser más económicos, aunque de vez en cuando me daba el gusto de comerme un raspao de parchita con leche condensada.
Chocolate de Leche Savoy: Mi hermana era fanática del Cricri. A mi me gustaba más el chocolate de leche, me lamía el papel con los restos de chocolate derretido.
Orange Crush: Era mi refresco preferido cuando niño. No era sencillo de encontrar, pero siempre me recordará a la casa de mi nana Azabache en Guatire. En su nevera siempre había alguno.
Susy y Cocosete: dependiendo del momento, escogía uno u otro. Un clásico del cafetín del colegio.
Toddy y Rico Malt: Un vaso de Toddy con galletas Club Social remojadas en él... la cena perfecta. Y el Riko Malt para acompañar la merienda en el colegio.
Salvavidas: me gustaban todos los sabores menos el amarillo. Había que estar pendiente de cuál te tocaba y rendirlo para pasar todo el día comiendo caramelos.
Cheese Tris (con naranjita Hit): Para ver televisión, este era un vicio por excelencia. Y si era la bolsa de Cheese Tris gigante y la botella de dos litros de naranjita, tanto mejor. Importante: comer al mismo tiempo. Te llenas la boca de cheese tris y luego te tomas un trago de refresco. Solo entonces comienzas a masticar. Es el paraíso en la tierra.
Ok: Soy gordito. Nos vemos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario